Un artículo de investigación donde se recogen algunas de las más interesantes actuaciones de los anarquistas burgaleses dentro de la conflictividad social que se registró en la capital de la provincia durante la primera mitad de la década de los años treinta del siglo XX.
La Historia, con mayúscula, siempre la escriben los vencedores, es cosa harto sabida. Los libros de textos están llenos de los nombres y fechas que conmemoran las batallas y las efemérides de las élites que ejercieron su dominio en tal o cual periodo. Acercarse a la historia de Burgos no representa una excepción desde que aquel Diego Porcelos fundara la ciudad de Burgos allá por el siglo IX según cuentan las crónicas. Pero al lado de la Historia Oficial, esa en la que redundan las mayúsculas, existe otra menos accesible, menos visible quizás para los manuales al uso, pero no por ello menos veraz. Ese relato subterráneo que algunos han denominado intrahistoria y que nos habla de la existencia cotidiana de todas aquellas gentes, al margen de reyes y vasallos, que silenciosa en ocasiones, y tumultuosa en otras tantas, sufrieron el dominio de los poderes establecidos. En eso, por supuesto, Burgos tampoco representa una excepción.
Este artículo pretende ser una breve aproximación a la historia de aquellos hombres y mujeres que dieron lo mejor de su vida en pos de una existencia sin tiranos ni opresores en el Burgos de la primera mitad de la década de los años treinta del siglo XX. Obreros y campesinos marcados por el mismo común denominador de la sed de justicia social que recorrió toda nuestra geografía ibérica, existencias que no suelen merecer ni una línea en las crónicas oficiales que los vencedores de la Historia dedican a nuestra ciudad.
El presente trabajo se circunscribe únicamente al ámbito urbano de Burgos, es pues un trabajo que deja en el tintero las más genuinas expresiones del anarquismo burgalés que se desarrollaron en los núcleos rurales de nuestra provincia. Es en el ámbito rural donde, como ha demostrado el historiador Muaro Torres, el anarquismo se convirtió en uno de los movimientos contestatario de mayor implantación en Burgos.
Un trabajo a todas luces incompleto, donde escasean las fuentes y la documentación, pero que se mantiene a la espera de otros proyectos de mayor envergadura, a la espera de que nos decidamos a desenterrar esa parte de nuestro patrimonio que las elites de ayer y hoy han querido mantener por siempre sepultado.
La memoria arrebatada
Llama la atención que de entre todas las obras historiográficas que analizan el desarrollo del movimiento obrero durante la II República y el inicio de la Guerra Civil en Burgos, a penas se menciona, si no es de pasada, a los anarquistas. La escasez de referencias puede llevar al lector menos avezado a pensar que el anarquismo, uno de las corrientes de pensamiento con más trayectoria en el movimiento obrero en España, no existió en Burgos. Nada más lejos de la realidad, basta solamente acercarse a las fuentes documentales que reposan en archivos y hemerotecas, basta recuperar esa memoria oral que todavía algunas personas conservan, para cerciorarse de que, aún cuando minoritarios en el número, los anarquistas representaron una de las corrientes cualitativamente más combativas en la conflictividad social de la que Burgos, a pesar de sus lacras de inmovilidad y oscurantismo milenario, no puedo librarse.
El ninguneamiento historiográfico quizás pueda deberse a que la forma de entender la vida que profesan los anarquistas pues a fin de cuentas”siguen representando un conjunto de ideas poco recuperables por las instituciones, y por lo tanto la bestia negra de aquellos que se afanan en desvirtuar la Memoria Histórica”, como ya dijeran otros.
Las ideas y las formas de actuar de los anarquistas también dejaron su huella en la historia de Burgos. En los conflictos en los que participaron, en las luchas que llevaron a cabo con otros sectores del movimiento obrero, en definitiva, en las existencias de todos aquellos que dejaron su piel ante la esperanza de un futuro mejor. Más allá de la formulas oficiales, Burgos tampoco fue una excepción.
La génesis del anarquismo en Burgos
Para rastrear el origen del anarquismo en Burgos es necesario retrotraerse a la década de los años veinte del siglo anterior. En 1923 existe ya en Burgos un Sindicato del ramo de la Construcción perteneciente a la C.N.T. que tiene ubicado su domicilio en la calle San Esteban, uno de los barrios más populares de la época.
La actuación más destacada del Sindicato íšnico en este periodo es la convocatoria de la huelga de la construcción que tendrá lugar en mayo de 1923 en la que Francisco Santamaría, delegado de la C.N.T, actúa como convocante de las reuniones junto con el representante del Círculo Católico, entidad creada por la Iglesia para contrarrestar la influencia de los sindicatos obreros y que será empelado para mantener la paz social en los conflictos laborales.
En dicha huelga el sindicato anarquista fue el único que rechazó el acuerdo al que se llegó con la patronal aún cuando posteriormente se sometió a lo acordado por los otros dos sindicatos convocantes, la UGT y el Círculo Católico.
Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera en Septiembre de 1923, la C.N.T acordó su propia disolución, al menos solo en apariencia, ya que siguió manteniendo su misma estructura organizativa en un contexto de cada vez más acoso por la represión gubernamental. En 1924, la C.N.T será ilegalizada y clausurados sus centros y periódicos, a pesar de lo cual la actividad continúo desarrollándose de forma clandestina incluso en ciudades como Burgos.
Los anarquistas burgaleses durante la II República
La situación cambiará a partir de 1931 con la instauración de la II República. Sin embargo el cambió de régimen en Burgos llegará con cierto retraso, curiosamente un motín en el penal, lugar que hoy ocupa el Teatro Clunia, hará que la situación se acelere. Según relata el conocido anarquista Juan García Oliver en sus memorias, el 14 de abril de 1931 estallará un motín en la antigua cárcel burgalesa en el que los presos demandan la instauración de la República con la esperanza de que la nueva situación conlleve la excarcelación de los presos políticos y amplias amnistías para los comunes. Esa misma tarde García Oliver abandona el penal sumergido en el desconcierto que le causa ver como algunas de las personalidades que se encargaban de la gestión del taller de alpargatas que funcionaba en la cárcel al servicio del industrial burgalés Perfecto Ruiz Dorronsoro formaban parte de la nueva Junta Republicana que presidía la ciudad.
Imagen del actual Teatro Clunia, antigua cárcel de Burgos
Instaurada la República el sindicato libertario retomará su tradicional concepción federalista recuperando su papel protagonista que lo convertirá en uno de los movimientos de oposición de mayor envergadura. Su presencia en Burgos también se hizo notar y aún cuando sus efectivos no aumentaron de forma significativa capitaneó casi todas las movilizaciones obreras que se produjeron en esta etapa histórica, destacando su capacidad de arrastre entre una masa obrera golpeada por la crisis económica y el desempleo.
La minoritaria organización anarquista convocó manifestaciones y huelgas como la del 9 de noviembre de 1931 en protesta por una serie de altercados registrados el día anterior con las fuerzas de orden público. En esa jornada de huelga varios miembros del Sindicato íšnico de Burgos fueron detenidos bajo la acusación de repartir una hoja de “tonos violentísimos”, clausurándose posteriormente la sede de la calle San Cosme y el bar Montañés que servía como lugar de reunión.
Los enfrentamientos surgieron el día anterior, domingo 8 de noviembre, cuando a su regreso de Palencia provenientes de una, en palabras de los propios convocantes del acto, “magna asamblea de derechas” organizada para protestar por la reforma religiosa que estaba llevando acabo el gobierno de la II República, se produjeron enfrentamientos en la estación de ferrocarril donde los participantes fueron recibidos de forma hostil por una masa obrera que aguardaba su llegada. Esta primera colisión se saldó con tres heridos leves, a partir de ese momento los enfrentamientos se reproducirán a lo largo de toda la ciudad.
Un nueva escaramuza tendrá lugar frente a la residencia de los Jesuitas donde un colaborador del periódico conservador El Castellano se lleva la peor parte y se registran insultos contra la Guardia Civil. La comitiva prosigue la manifestación hacia la que en la época se denominaba plaza de Prim donde se lleva a cabo una protesta por la actitud de los católicos. La tensión aumenta cuando la Guardia de Seguridad hace amago de carga y un oficial de Artillería que ordenaba la retirada de los soldados que se encontraban entre los grupos es agredido.
Los revoltosos, que ya superan el millar, se encaminan de nuevo hacía la residencia de los Jesuitas y al cruzar el Puente de San Pablo reciben disparos por parte de las fuerzas militares estacionadas en el cuartel de Caballería, lugar donde en la actualidad se encuentra el Museo de Evolución Humana.
Fotografía tomada de El Alfoz
La manifestación, formada en su mayor parte por jornaleros, trata de asaltar el cuartelillo de Seguridad, apedrea la casa del director de El Castellano, la residencia de los maristas y nuevamente la de los Jesuitas. La Guardia Civil irrumpe en una nueva carga donde se registran disparos sobre los manifestantes. El balance de los altercados se salda con 11 heridos, uno de ellos de extrema gravedad, y una persona muerta a causa de un disparo mientras se encontraba en un balcón en su domicilio de la calle de la Paloma .Al parecer se trataba de una señora que se había asomado para ver los enfrentamientos y recibió un disparo fortuito de la Guardia Civil, falleciendo en el acto.
Al día siguiente, lunes 9 de noviembre, se produce la convocatoria de huelga general antes mencionada en un llamamiento realizado de forma conjunta por la C.N.T y la U.G.T para protestar por las agresiones realizadas por las fuerzas de orden público. El seguimiento de la huelga fue masivo y según recoge los medios de comunicación de la época “a mediodía el paro era completo”. El paro total se hizo extensivo a la jornada del martes 10 de noviembre a pesar de que no se había realizado ninguna convocatoria . Ante esta situación, la ciudad comienza ser patrullada por el ejército “a pesar de que su presencia no infunde gran respeto a las masas huelguistas”. La ciudad no recuperaría la calma hasta el día 11 en el que provenientes de San Sebastián, Salamanca y León hicieron acto de presencia unos 80 Guardías de Asalto, cuerpo policial creado por la recién inaugurada República.
Los sucesos de noviembre de 1931 conmocionaron a la capital burgalesa que fue testigo de como el ansiado cambio de régimen no solucionaba los problemas sociales que durante siglos arrastraba la ciudad y que únicamente sabía responder con represión ante los mismos. Unos hechos en los que la participación de los anarquistas agrupados en el Comité del Sindicato íšnico fue decisiva, algunos de cuyos integrantes sufrieron detenciones.
El 25 de enero de 1932 los libertarios burgaleses declararon una nueva huelga general, esta vez con escaso éxito. Grupos de piquetes recorrieron las obras municipales de pavimentación de Barrio Gimeno y Progreso. Según cuentan los diarios de la época, varios miembros de la C.N.T fueron detenidos en un piquete que se dirigía al Ayuntamiento para protestar contra las medidas insuficientes de empelo.
A partir de entonces el sindicato libertario encabezará las movilizaciones de los parados burgaleses contra la política llevada a cabo por el Ayuntamiento en ese sentido. Sin embargo, a partir de 1933 los anarquistas burgaleses experimentaran un cambio en su estrategia que les llevará por derroteros más contundentes, y sobre todo más ruidosos, en consonancia con la estrategia insurreccional emprendida por la C.N.T a nivel nacional y en la que los sucesos de Casas Viejas fueron un claro exponente.
Durante la noche del 9 de mayo de 1933 Burgos escuchará por primera vez en su historia el eco de las bombas proletarias. Varios artefactos harán explosión de forma casi simultánea en varios puntos de la ciudad registrándose detonaciones en la puerta de la Iglesia del Carmen, en el Convento de la Calatravas y en un poste de la telefónica situado en una pared de los jardines de la barriada obrera del Círculo. Unos hechos que causan el estupor en la ciudad y que coinciden con la visita de cuarenta periodistas extranjeros que venían a informarse de la situación en España, según recoge la prensa de la época.
La represión gubernamental no se deja esperar e inmediatamente son detenidos en su propio domicilio diecinueve “significados sindicalistas” y clausurada la sede que el Sindicato íšnico de la C.N.T tenía establecida en la calle Hospital de los Ciegos. El Diario de Burgos resalta que los hechos coinciden con la convocatoria de huelga de la C.N.T y “que han conseguido sembrar la alarma en nuestra ciudad”.
En noviembre de ese mismo año se producen incidentes entre vendedores de prensa anarquista y otros de tendencia comunista con vendedores de El Campeador, órgano de la Coalición Católico-Agraria Burgalesa.
Durante el periodo en el que la derecha detentó el gobierno de la República la actividad de los anarquistas se reduce hasta el punto de casi desaparecer por completo. A partir de la primavera de 1936, con el triunfo de la coalición del Frente Popular, los anarquistas reaparecerán en la vida pública burgalesa participando en las más importantes huelgas, como la de la construcción, promovidas junto con otras organizaciones obreras.
En este sentido destaca el documento en el que Nicolás Neira, presidente del Sindicato íšnico de la C.N.T en Burgos, dirige al Ayuntamiento solicitando la cesión del Teatro Principal al objeto de celebrar un acto sindical previsto para el 5 de julio de 1936. Pocos días después Nicolas Neira, junto con otros tantos militantes obreros de diversas tendencias, se verán inmersos en la vorágine de represión que sacudirá Burgos a partir del alzamiento militar que hará que nuestra ciudad se convierta en la “Capital de la Cruzada”.
Represión en la Capital de la Cruzada
A partir del 18 de julio de 1936 una cruenta represión se abatirá contra los miembros del movimiento obrero burgalés. A pesar de lo que la historiografía oficial se ha encargado de difundir, Burgos vivió una autentica limpieza social organizada desde las nuevas autoridades militares que presidieron la ciudad. Los centros y lugares de reunión de los diferentes sindicatos obreros fueron clausurados y sus miembros más destacados fueron detenidos. Basta acercarse a lo que relata Antonio Ruiz Vilaplana, por entonces Secretario del Juzgado de Burgos durante su año de actuación tras el alzamiento militar, para comprender las ejecuciones y sacas que se sucedieron en la capital burgalesa donde el terror se convirtió en moneda de cambio.
El caso de Nicolás Neira, del que los compañeros de Radio Ondaexpansiva han estudiado con profundidad, sorprende por su crueldad. El que por entonces fuese representante más destacado de la C.N.T en Burgos logró escapar a las primeras detenciones, sin embargo las nuevas autoridades procedieron al arresto de su padre a modo de chantaje, una práctica que terminaría siendo habitual. Ante esta situación el 30 de julio de 1936 el libertario burgalés, ferroviario de profesión, decidió entregarse e inmediatamente será internado en la cárcel burgalesa.
Nicolás Neira, anarquista burgalés y ferroviario de profesión, a la izquierda de la imagen
En circunstancias que aún no han podido aclararse, Nicolás Neira encontrará la muerte el 9 de septiembre de 1936. Un mes después le tocará el turno al músico burgalés Antonio José Palacios con quien Neira, según testimonios de su familia, mantenía una relación de amistad. Ambos se encuentran enterrados en la fosa común de Estepar, a escasos 20 kilómetros de Burgos.
El caso de Nicolás Neira es uno más en la larga lista de una actuación que pretendió borrar de la Historia, esta vez con mayúscula, las expresiones más genuinas de lucha obrera y sed de libertad que se registraron durante décadas en Burgos. El olvido, predicado por los herederos directos de aquellos que desataron esa represión, ha pretendido sepultar también su memoria.
Modesto Agustí
Fuentes bibliográficas consultadas
– Delgado Viñas, Carmen, Clase obrera, burguesía y conflicto social. Burgos, 1883-1936. Universidad de Valladolid, 1993.
– García Oliver, Juan, El eco de los pasos, Ruedo Ibérico, París, 1978.
-Ruiz Vilaplana, Antonio, Doy Fe, Reeditado por la Federación Local de Sindicatos de la CNT de Burgos. Sin fecha.
Webs de referencia
Radio Ondaexpansiva
Topografía de la represión en la Capital de la Cruzada
Rastreando la memoria de Nicolás Neira, anarquista burgalés fusilado en 1936
La represión franquista en Burgos
Archivo Histórico Digital de la C.G.T de Burgos
Solicitud de cesión Teatro Principal Burgos para acto del Sindicato íšnico de Burgos en 1936
Fondos documentales
-Documentación aportada por la Federación Local de Sindicatos de la C.N.T de Burgos referente a la represión en la provincia
-Fotografías de Nicolás Neira aportadas por la familia
midat
Excelente articulo para que no se nos olvide que en una ciudad a la que se la recuerda como de curas y militares, tuvo revolucionarios que pagaron con su vida las ansias de ser libres, unas raices que tenemos los luchadores del siglo XXI, seamos consecuentes con nuestra epoca, como lo fueron nuestros abuelos.
Rubén
Es un placer leerte, compañero. Que alguien nos hable de historia -de esta parte de la historia tan incómoda como olvidada en los papeles oficiales- siempre es de agradecer.
kalandrakas
Buen artículo histórico, si señor.
José María Sanz
Que alguien me diga que tienen en común estos anarquistas de los años 30 con los de la actualidad.
anonimo
Señor Jose Maria Sanz. Sobre su cuestión, es facil de contestar, los anarquistas de la actualidad viven como usted en el 2011. Si no le vale la respuesta, piense un poco mas sus preguntas
cnt burgos
En primer lugar, os felicito por el artículo de investigación sobre un tema siempre ocultado intencionadamente. Quería aclarar que donde decís que la CNT en los años 30 tenía su sede en la Calle Hospital de los Ciegos, en realidad estaba en la calle Hospital Militar, al lado de la Plaza Vega, lugar donde posteriormente ha estado por varios años la sede del actual sindicato de la CNT, antes de trasladarse a Doña Berenguela.
Como información complementaria me gustaría decir q
cnt burgos
que en cuanto se conoció la noticia de la rebelión militar, todos los militantes de organizaciones obreras, salieron a la calle a vigilar los cuarteles así como a los fascistas conocidos. La falta de armas y la violencia extrema del fascismo y los militares acabaron con toda resistencia antigolpista.
Reiteramos nuestras felicitaciones por el artículo y animamos a continuar la lucha social y sindical, que tan necesaria se muestra hoy como se mostró en los años 30.
Salud y libertad
Un militante de la CNT burgalesa
Modesto
Simplemente añadir a la pregunta que plantea el señor Jose María Sanz que los anarquistas burgaleses de loa saños 30 y los de la actualidad tienen en común el mismo ansia de libertad y justicia social. En nuestra ciudad, como en otras partes del planeta, existen muchas formas de entender el anarquismo y los métodos de lucha más apropiados, pero todas ellas tienen en común la necesidad de organizar nuestras existencias al margen del Estado y de sus instituciones.
Como en los años 30, en Burgos también existe represión ante cualquier expresión de disidencia y aunque quizás esta sea en ocasiones menos cruenta no deja de buscar los mismos objetivos que antaño: imponer el pensamiento único a base de mentiras, y cuando estña no funciona, palo.
Muy cierto es también el último comentario, ante el alzamiento militar los militantes obreros de Burgos acuden al cuartel de la Guardia Civil para solicitar armas con las que detener a los facciosos. La tibieza de las autoridades republicanas locales a las que inspiraba más miedo el movimento obrero l que los propios militares golpistas, además de la sañuda represión que se desencadenadó, harán que esto sea imposible en Burgos.
Gracias a todos los que habéis comentado, seguro que hay más de una imprecisión en el artículo, pero como manifesté solo es una aproximación de un trabajo más amplio que está aún pendiente y que revelería muchas más cosas de las que conocemos.
Gigantillo
Me gustaría saber la causa por la que mencionais al músico Antonio José en este artículo sobre Anarquismo burgalés cuando ´no perteneció a ningún partido, y en un artista el
anarquismo no creo que sea un modelo a seguir…
Evaristo
Los “zurdos” lo teneis muy mal en las próximas elecciones. Si os fijais en los candidatos que se presentan por el partido socialista el único conocido es Antonio Fernandez Santos. Id haciendo cuntas porque este individuo es de armas tomar y no muy querido por el magisterio burgalés…
Modesto
Señor Gigantillo, me parece muy bien tu solicitud de explicación sobre el por qué de la mención del músico burgalés en este artículo. Efectivamente Antonio José no tenía vinculación con ninguna organización política de la época pero era un hombre profundamente ligado al pueblo, por esa razón y por otras, fue asesinado en septiembre de 1936. Antonio José dirigía un orfeón popular y quiso mantenerse por decisión propia al margén de la cultura oficial de la época. La imagen que Ruiz Vilaplana nos muestra en su libro del músico burgalés nos permite hacernos una idea de su personalidad
Se cita en este artículo su figura para ilustar como la cruenta represión franquista en Burgos no respetó ni a figuras de renonmbre como el propio Antonio José.
Antonio José no tiene nada que ver con el anarquismo, en el artículo jamas he dicho que la tuviera. Simplemente me he remitido a los testimonios que un familiar de Nicolas Neira, conocido anarquista burgalés de los años 30, me relató a cerca de la relación de amistad, o si se me permite, de conocimiento mutuo, que Antonio José y Nicolas Neira mantenían.
Ambos compartieron encierro durante algunas semanas en la prisión burgalesa y ambos yacen sepultados en la misma fosa común de Estepar
Andaya
Que noteneis ni idea ni historia ni de cultura en Burgos. Antonio José JAMAS DIRIGIí“ UN ORFEON POPULAR en Burgos porque en Burgos jamás existió ese invento de orfeón POPULAR. Eso es un invento de la izquierda. Antonio José fue director del ORFEí“N BURGALí‰S. Y ese puesto era PAGADO por el AYUNTAMIENTO DE BURGOS. De ese sueldo vivía Antonio José.
La izquierda en Burgos nunca ha hecho nada culturalmente hablando y se ha sacado de la manga ese Orfeón POPULAR que jamás existió. El Ayuntamiento creó ESE PUESTO de trabajo con su sueldo correspondiente.
¿Veis como no teneis ni idea de la cultura burgalesa?
Modesto
Pues para usted la perra gorda,pero se llamase orfeón popular u orfeón burgales estaba compuesto por gentes de extracción popular frente a otras opciones más elitistas que existían en la época. El ayuntamiento de Burgos de aquella época era republicano, si bien su ideología era conservadora. No me parece incompatible que el orfeón fuese sufragado por el ayuntamiento porque el caracter popular, de intima relación con el pueblo llano burgalés, se la confería una persona como Antonio José que sin duda lo sentía.
Además Antonio José escribía en una publicación de la época denominada Burgos Gráfico que era una de las pocas que no estaba controlada por la curia ecesiastica local. Fue la única que se atrevió a mencionar unos sucesos de pedereastia que se habían dado con el parraco de Estepar. Pero ni siquiera lo hizo para denunciarlos sino solo para recriminar la actitud de silencio absoluto de la prensa de la época sobre la cuestión. En una editorial de Burgos Gráfico se criticaba la actitud de unas personas que habían sido detenidas al repartir unas coplas que glosaban en tono satírico los acontecimientos. La crítica que planteaba la editorial, que iba sin firmar pero que se atribuyó a Antonio José, era que si el caso de perderastia se hubiese hecho público y no ocultado tales coplas no hubieran existido.
Considero que Ruiz de Vilaplana tiene razón cuando dice que a partir de aquel momento el músico burgalés fue señaldo por las autorides eclesiasticas que ya nunca le perdonarían. Incluso en algunos circulos sociales elitistas de la ciudad se le puso el mote de “Antonio Josevich” en un intento de ridiculizar la labor de su orfeón. Cuando el 18 de julio se produce la sublrevación militar su nombre figura en una lista. Su trágico final es ya conocido.
La imagen de un Antonio José enamorado de lo popular frente a la cultura oficial nos la muestra también el ecritor burgalés í“scar Esquivias en su novela Inquietud en el paraiso. Esquivias es una de las personas que más a fondo conoce la cultura burgalesa de la época de la II República, y no me consta su adscripción a ningún partido.
Personalmente yo tampoco lo estoy, aunque usted piense que esta web es de “izquierdas” por citar sus palabras. No se si usted sabe que anarquismo y partidos políticos de izquierdas no son la misma cosa.
Por último decirle que otro dato que avala que Antonio José estaba profundamente ligado al pueblo es que en en 1932 fue premiado por su labor de investigación por la publiacación de sus Cantos populares burgaleses.
Parece que usted tiene hoy mucho tiempo, no me importa gastar el mio en responderle a cuantas cuestiones de este tipo quiera plantearme. Siempre que este a mi alcance, y que lo haga en los términos adecuados, le responderé encantado, es un tema que realmente me apasiona.
ANARCí“S
Hay cosas que es necesario aclarar de forma rápida para no seguir engañando a los burgaleses con más trampas “populares” de “obreros”.
1. EL ORFEí“N BURGALí‰S es un orfeón de la CIUDAD, no es un “ORFEí“N DE OBREROS” ni del pueblo “llano”en el sentido que estais dando a la palabra “popular”. En el año 1929 el Ayuntamiento de Burgos vuelve a relanzar esta INSTITUCIí“N MUSICAL y llama a Antonio José que estaba en Málaga donde los JESUITAS le habían proporcionado un puesto de trabajo. En ese ORFEí“N BURGALí‰S podía entrar cualquier persona que tuviera cualidades para el canto (en las bases no se cita la condición de ser obrero)
Por lo tanto eso que decis de “estaba compuesto por gentes de extracción popular frente a otras opciones más elitistas que existían en la época” es una SOMENNE TONTERIA. ¿Cuales eran esas “opciones elitistas” para la gente que quería cantar? Dad nombres…
2. Eso de que Antonio José estaba “ligado al pueblo” es otra majadería. Toda la cultura musical que adquirió este gran compositor se la debió al organista de la Merced, señor BEOVIDE (hombre no precisamente de izquierdas), a los jesuitas burgaleses que le proporcionaron trabjo en Málaga(tampoco de izquierdas), al Círculo Católico (tampoco de izquierdas) etc, etc. Antonio Jose era un músico de alto nivel
que jamás militó en partidos políticos.
3. Dicen en su artículo que “El ayuntamiento de Burgos de aquella época era republicano, si bien su ideología era conservadora”.
A ver como se “come” eso porque va siendo hora ya de aclarar las cosas. ?¿?¿?¿
Es necesario plantaros cara y acorralaros porque ni habeis tenido la razón, ni la teneis.
Aprentais los estudiosos cuando careceis de documentación.
Modesto
Ni me siento acorralado ni tengo miedo de plantarte cara, permiteme el tuteo. Simplemente me reafirmo en que la documentación que he trabajado plantea de manera evidente que Antonio José Palacios estaba ligado al pueblo y el hecho de que fuera asesinado en septiembre de 1936 lo demuestra claramente. ¿Por qué si no iba a ser una persona tan vinculada a lo eclesiatico como tu planteas ejecutada en el Burgos del verano de 1936?.
Es sin duda cierto que la formación la pudo adquirir en las instituciones que tú señalas porque dominaban la enseñanza en la época, pero sin lugar a dudas la obra de Antonio José tiene que ver más con lo popular que con las altas élites, y si afirmas lo contrario es porque no la conoces.
Por otra parte los ayuntamientos que hubo en Burgos desde el 14 de abril de 1931 hasta el 18 de julio de 1936 son republicanos sin lugar a dudas. ¿Por qué? Pues por la simple razón que el Estado Español de esa época era una república y no una monarquía. Ahora bien, ¿se puede ser republicano y conservador o de derechas? Pues sin lugar a duda, eso es algo de perogrullo. Te pongo el ejemplo de la Francia actual cuyo estado es una república y no creo que el señor Sarkozy sea una persona a la que se pueda calificar de izquierdas.
Creo que tienes muy poca cultura política cuando no sabes diferenciar entre partidos de izquierda y anarquismo. En tus muchos comentarios con diferentes nombres has hecho referencia a las chekas, a Carrillo o incluso a la próximas elecciones y políticos socialistas locales, te aseguro que el anarquimo nada tiene que ver con ninguna de esas cosas.
Creo que el delgado provincial del grupusculo ultraracista del que provienes debería enseñaros esas cosas porque el mundo es más complejo que los cuatros eslogans que os mete en la cabeza.
mendas
Es muy triste que alguien no pueda entender que se puede ser republicano y de derechas, y que venga aquí a intentar dar lecciones de historia.
GAROÑO
Sigues sin enterarte de nada como buen anarquista que eres. Dices “pero sin lugar a dudas la obra de Antonio José tiene que ver más con lo popular que con las altas élites, y si afirmas lo contrario es porque no la conoces”.
Esa frase carece de argumentación, porque yo te afirmo lo contrario y estoy muy bien informado del tema. (Tengo mis asesores, cosa que al parecer no teneis vosotros y ocurre lo que ocurre).
Antonio José compuso obras orquestales, instrumentales y corales como compositor de alto nivel. No era un MUSICO POPULAR, sino que usó en ALGUNAS (sólo en algunas) de sus obras, melodías POPULARES de Burgos que recogió en su CANCIONERO BURGALí‰S. Su música se estrena hoy día en salas de concierto de primera categoría (en las que pueden entrar obreros, naturalmente). Era un COMPOSITOR SINFí“NICO
Basta con una ligera formación musical y saber lo que es una orquesta (en la que pueden, o no, formar parte obreros) para darse cuenta de que eso de las “altas élites” sigue siendo otra de vuestras célebres MAJADERíAS.
Modesto
A parte de insultar comos sólo tú sabes hacer, sigues sin poder explicar por qué mataron a Antonio José en septiembre de 1936. El hecho de que lo matasen en esas fechas demuestra su vinculación con lo que la cruenta represión que se desató en Burgos quiso borrar del mapa.
ANARCí“S
Tal y como indican varios libros sobre la vida de Antonio José, la causa de su muerte fue la ENVIDIA de otro músico
que le denunció por ser republicano. Otros hombres republicanos se libraron de la muerte en Burgos; es el caso del orfebre Maese Calvo. La muerte de este compositor fue una auténtica salvajada, una bestialidad, y una auténtica desgracia para la historia cultural y musical de Burgos.
Nadie es capaz de justificar ni los asesinatos de la guerra civil, ni el gobierno de Franco eligiendo Burgos como capital en 1936, ni ninguna matanza sin juicio previo que se hicieron en Estepar.
Una vez centrados en el tema cultura de hoy (setenta y cinco años después) la pregunta es, ¿Que han hecho los anarquistas burgaleses por la cultura en Burgos, aparte de ser contrarios a la CANDIDATURA DE BURGOS como ciudad
europea da la cultura?
Escucho atento.
Modesto
Pues creo que tus razonamientos no se sostienen. Si era una persona ligada al mundo eclesiastico o las clases acomodadad de la ciudad todo el mundo sabría que no es era republicano y la denucnia no habría tenido sentido.
Todos los libros que hablan de Antonio José, en especial el de Ruiz de Vilaplana y í“scar Esquivias, reflejan su caracter de múscico no vinculado a la política pero si con ciertas afinidades respecto al pueblo. Ya lo he dicho más veces, y esas obras lo demuestran, pero tú puedes pensar lo que quieras.
Por otra lado creo que el hecho de participar en Burgos Gráfico, publicación que comentó de soslayo los suceos de perderastia del parroco de Estepar, hizo que la institución católico lo tuviera en el punto de mira. En cambio, Saturnino Calvo, que si que era republicano, al menos en esa época, a pesar de que paso por la cárcel burgalesa se puedo librar dela muerte porque había trabajado en la catedral haciendo cálices para la curia pues él era orfebre.
Por otra parte los anarquistyas en Burgos, sea cual sea el ambito organizativo en el que se mueven, realizan jornadas culturales, gestionan una radio a través de internet, difunden libros y publicaciones, hay algunos que tienen incluso una biblioteca. Y todo eso, maravilla de la vida, sin recibir subvenciones ni dinero de las instituciones. Todo lo contarrio al circo del Burgos 2016.
Andrés
Para hablar de Antonio José y del Orfeón Burgalés hay que saber un poquito de música y saber lo que es un Orfeón. El señor ESQUIVIAS no puede escribir sobre estos temas porque le superan. Una cosa es ser novelista y otra muy distinta es conocer la realidad. Este escritor no domina este tema.
Describir a la gente de este mundo entre í‰LITE DOMINANTE Y PUEBLO DOMINADO es de una simpleza apabullante. Quitaros de la cabeza esa memez
porque esa es una mentalidad del siglo diecinueve lo mismo que las ideas anarquistas. Que estamos en el siglo XXI. A ver si nos enteramos…
Por otra parte, el señor Vilaplana (que no era músico, ni sabía nada música, igual que tu) CONFUNDE (entérate bien) el ORFEí“N BURGALES, con ese invento de ORFEí“N “POPULAR” BURGALES, y con la mejor buena voluntad hace una descripción del mismo, y viene a indicar que el Orfeón Burgalés esta formado por gente de clase humilde a la que hay que enseñar música, etc. etc, con el fin de destacar el esfuerzo de su director Antonio José. Según el libro, el Orfeón Burgalés tenía 150 miembros.¿Te parecen pocos?
La descripción que hace de ese “Orfeón” el señor VILAPLANA, NO es fiel CON la realidad. Si lees atentamente (aunque te cueste mucho) indica que Antonio José “â€¦Además de dar conciertos, llegó a organizar en el Ateneo Popular un Orfeón Popular, cuya masa coral constituía su gran orgullo. El reclutó entre los obreros de las minas y del ferrocarril, entre los gañanes, entre los zagales del campo, un conjunto que su arte depuró y consiguió hacer valioso, con él recorría en los domingos y las fiestas de la comarca, los pueblos y hasta las aldeas”
Eso es una descripción poética…
El señor Vilaplana ¿no sabe que las minas más cercanas a la ciudad de Burgos estaban en San Adrián de Juarros, y se llamaban las minas de “Pascualón” y que por lo tanto, ERA IMPOSIBLE que hubiera mineros en ese ORFEí“N? ¿No está confundiendo los mineros con los MAQUINISTAS DE TRENES? ¿El señor
Vilaplana no sabe que cantar en un Orfeón exige un esfuerzo en el que no caben “GAÑANES” porque no sabe lo que es un Orfeón? ¿Que ZAGALES del campo podrían ensayar todos los días en el Ateneo la música compleja de Antonio José? Hay que ser niños de teta para creerse este relato…
En realidad se trata de un descripción poética para indicar el esfuerzo del compositor con el fin de organizar una gran masa coral como era el Orfeón Burgalés.
De vez en cuando conviene asesorarse bien y no poner tonterias en internet.
Modesto
Me parecen apuntaciones muy adecuadas, nunca he querido pasar por un esperto en la figura de Antonio José, simplemente lo he citado en mi artículo porque un señor pido explicaciones a cerca de su inclusión.
Solo he querido resltar que Antonio José compartió encarcelamiento, entre otros, con uno de los miembros más activos del movimiento libertario en Burgos en los años 30. La familia del mismo me confirmo que se conocían y he querido señalar que ambos están enterrados probablemente en la misma fosa común de Estepar.
Por otra parte el anarquismo no es un movimiento exclusivamente del siglo XIX ni mucho menos, es más, es en nuestra época donde ha llevado a la práctica alguna de sus más genuinas forma de entender el mundo como las colectividades agrarias en el aragón de 1936. Es además una forma de entender el mundo que existe, aunque quizás no se le diera esa nombre, desde el origen de la humanidad, y es una de las esperanzas, la de alcanzar una sociedad justa en libertad, que le quedan a los seres humanos. Al menos así pienso yo que soy un convencido humanista libertario.
Respeto tus puntualizaciones, y no dudo de que estés en lo cierto pues ni Esquivias ni Vilaplana son infalibles, pero solo te recomiendo que clames tus nervios, sosegadamente se debate mejor.