Nuestra sociedad está llamada hoy a manejar una situación excepcionalmente crítica. Las instituciones del gobierno ya no pueden presentar soluciones a una crisis que, como un cáncer, está destruyendo el tejido social, mientras que está cada vez más claro que la supervivencia del sistema sólo puede ser lograda sacrificando la propia sociedad. La situación creada por el capital financiero internacional y las instituciones del Estado que lo refuerzan nos llevan a un ritmo acelerado a la imposición de un totalitarismo continuo mientras el estado de excepción se ha convertido en el estado normal del nuevo gobierno.
Grecia está, por supuesto, incluida en este experimento. Obedeciendo las desdeñosas ofertas de las instituciones, el gobierno de Syriza decidió llevar a cabo un referéndum “como una forma de continuar la negociación a través de diferentes medios”. Esto prueba sin duda el fallo de alcanzar “un compromiso de honor” que fue promocionado ruidosamente como la mejor solución hasta hace poco. Siguiendo los pasos del dogma Thatcheriano “no hay alternativa”, esta imposición de los términos del “realismo” conduce a la pasividad social y a un intento de esclavizar la vida misma. Este “realismo” de empobrecimiento continuo, de desempleo, de desesperanza, del abandono definitivo de cualquier posibilidad de lograr la felicidad, de guerra y de represión, se aleja mucho de nuestro sentido de la lógica. La sociedad no sólo necesita ver qué hay detrás de las puertas cerradas de la cámara de toma de decisiones, también necesita moverse para romperlas.
La disolución de las promesas del capitalismo, la incapacidad para crear una narrativa que dé algunas perspectivas para el sistema, las guerras civiles que empiezan con una facilidad increíble y redibujan fronteras y los acuerdos construidos en convenciones internacionales tras la guerra, llevan a la misma conclusión: el estado no puede determinar durante más tiempo las reglas que gobiernan nuestras vidas. Este es el estado que Syriza quiere gestionar a día de hoy. Syriza, sin embargo, quiere hacerlo utilizando todas esas ideas de dominación que hasta hace poco llevaron al colapso el sistema que las nutrió. Syriza no ha intentado destruir la ideología de progreso, ha conservado totalmente la idea de crecimiento, continúa hablando de la reconstrucción productiva del país, llevándolo a una situación con dudoso resultado.
El referéndum propuesto por Syriza no tiene relación con los principios de democracia directa, ya que intentan usarlo como instrumento para aplicar presión al directorio europeo. El referéndum propuesto no contempla el intercambio de opinión, la discusión y el debate con la participación de la sociedad; por el contrario, al ser promulgado por el poder gobernante, plantea la cuestión de acuerdo a sus propias ideas, buscando un nuevo acuerdo por un contenido en el que la sociedad no juega ningún papel.
Hoy necesitamos una renovación en nuestra devoción a los valores de una política diferente para una construcción social usando la democracia directa, la auto-organización y la continua creación de instituciones propias que destruyan el concepto “no hay alternativa” y acaben con la obediencia ciega a una idea sin fin y sin sentido de la economía. La nueva reconstrucción productiva no puede estar basada en la idea de crecimiento sino en la negación total y absoluta del modelo de reconstrucción capitalista, en la autogestión, en las estructuras cooperativas y en la posibilidad de la gente para decidir sobre sus propias vidas. No nos importa una moneda que formará parte de un renacimiento nacional y, por supuesto, no podemos apoyar una moneda que forma parte de la intrusión financiera en todos los aspectos de nuestras vidas. Preferimos pensar en la moneda en su dimensión normal, como un instrumento para el intercambio con una función principal de servir a las necesidades y servicios sociales.Puesto que somos parte del movimiento para una ruptura social real con la dictadura financiera internacional (movimiento que niega cualquier idea de una política con el fin de poner en su lugar la gestión de cantidades monetarias como la principal relación social), nos debemos a nosotros mismos el participar en la búsqueda de maneras que conduzcan hacia dicha ruptura.
Hoy, bajo las condiciones actuales y en tiempo real, no podemos permanecer indiferentes ante la polarización que se está produciendo en vista del referéndum.
Por un lado, el voto al SI es caer definitivamente en la trampa de las normas y reglamentos del directorio, que componen una esclavitud a largo plazo para una sociedad asustada y derrotada, que será requerida para llevar el peso de su propia humillación y establecerla como la nueva regularidad. Por otro lado, el voto al NO está limitado de toda manera posible por el gobierno a los términos y condiciones de un nuevo acuerdo, y ejemplos de ello están ya incluidos en el documento de 47 páginas, aludiendo al mismo tiempo al sentido de deber patriótico, fácilmente digerible y utilizado en todas las ocasiones.
Esta polarización, sin embargo, ha sobrepasado los cálculos e intenciones del gobierno y, en consecuencia, la misma pregunta del referéndum. Este ataque total proveniente del directorio extranjero y del sistema de quienes están dispuestos a utilizar los medios como ariete, radicalizó los términos de la pregunta a SI o NO a la UE y al euro. Todas las acciones que conducen a la asfixia económica se hicieron con amenazas y ultimátums de ajuste económico público.
El esfuerzo del gobierno de Syriza de combinar las necesidades sociales con las fuertes fuerzas del dinero ha alcanzado sus límites, mostrando claramente que “dos sandías no caben en una misma axila”, como decimos en griego. No se puede subir a dos barcos diferentes, como ha hecho Syriza durante sus años en la oposición.
El domingo, sin importar el resultado y asumiendo que la pregunta siga siendo la misma, el voto del NO no es fácilmente manejable para quien se comprometió a apoyarlo y puede superar fácilmente los cálculos y las intenciones del gobierno. El hecho de usar el voto del NO e incluirlo en los términos de su negociación con el directorio muestra la gran dificultad de gestionar este voto.
La polarización resultante abre caminos de liberación y creación de una dinámica social que no han sido previstos, pero que pueden adelantar en múltiples formas las posibilidades ofrecidas por los movimientos sociales en los últimos años. Estos movimientos estaban asfixiados hasta ahora, o habían tomado un paso atrás frente a la dinámica de la representación, el deber y la esperanza. Esta es la oportunidad que se presenta a los movimientos para tomar parte en la batalla, no sólo simbólicamente, sustancialmente, llevando de manera autónoma y sin jefes el peso y la responsabilidad de la guerra contra el totalitarismo del dinero, que para esos jefes no sólo representa valor comercial: es considerado el equivalente a las relaciones humanas y a la vida misma.
No podemos permanecer al margen o ser neutrales frente a esta posibilidad ofrecida a los movimientos y venida de la polarización ya que hemos estado, estamos y estaremos allí donde lo que es libre, público y social vaya contra el mercado y el estado.
Movimiento Antiautoritario de Tesalónica
Anónimo
Tostón