El fuego quema

En 2019 los fuegos forestales y agrícolas calcinaron casi 800 hectáreas en la provincia de Burgos de las cuales 376 hectáreas fueron forestales y 409 agrícolas. Y mientras el 6 de abril estábamos en cuarentena en casa se produjo un incendio forestal en Espinosa de los Monteros en varios puntos del monte del valle de Rioseco calcinándose 183 hectáreas de monte en su mayor parte de matorral, y algún roble.

Fue de tal magnitud que este incendio llega a la mitad de hectáreas forestales calcinadas por el fuego en el 2019.
Los bomberos forestales demandan un trabajo estable y de calidad durante todo el año, que potencie la profesionalización del sector y la capitalización de la experiencia adquirida y mejores dotaciones.
La mayor parte del personal del dispositivo trabaja únicamente durante los 4 meses del año en el que está activo el operativo contra incendios forestales; lo que hace muy complicado mantener la estabilidad y la profesionalización del sector, dado que la mayoría de trabajadores no recibe formación continua y de calidad.
Además, existen diferentes tipos de contrato y no siempre se cumplen las condiciones laborales y salariales pactadas en los diferentes convenios llevando años con personal interino, sin plaza fija y sin previsión alguna de que la situación vaya a cambiar a corto plazo.
Igualmente, muchos puestos, bases y garajes presentan bastantes carencias higiénico-sanitarias, no contándose, por ejemplo, con ningún centro de trabajo asociado a los retenes de tierra.
Mientras tanto las dotaciones cuentan cada vez con peor equipamiento, con vehículos obsoletos o con escaso mantenimiento y sin los Equipos de Protección Individual adecuados.

Cuando estamos hablando de algo tan trascendente como preservar la masa forestal es crucial y esencial incluir la figura del bombero forestal, como ya se está haciendo en casi todas las comunidades autónomas y no dejar sin ninguna mejora laboral a la mitad de los más de 700 trabajadores públicos de los operativos, como es el personal de vigilancia de torretas o centros provinciales de mando.

La privatización de los servicios públicos ligados al medio ambiente que se está haciendo desde la Junta de Castilla y León conlleva que los trabajos llevados a cargo se gestionen por empresas privadas. Esto se produce cuando la economía es más importante que las condiciones indignas a la que están expuestos sus trabajadores y se asignan los concursos al presupuesto más bajo asegurando con ello más precariedad laboral, contratos temporales, sin garantías ni seguridad alguna y una peor calidad en el los trabajos realizados.
Por eso solo puedo decir: no a la privatización del servicio de prevención y extinción de incendios ni a los servicios públicos ligados al medio ambiente como se está haciendo desde la Junta de Castilla y León.
Con esto no estoy apelando a un trabajo íntegramente de funcionarios o trabajadores asalariados por alguna institución ya que históricamente se han realizado trabajos comunitarios en el espacio natural bien sea plantando matas, arbustos y árboles o bien arreglos en senderos, caminos; la limpieza de las fuentes, cunetas, caminos y el cuidado de los bosques se han ido realizando por personas con un sentimiento de cariño y armonía con el medio ambiente donde lo mas importante no es el capital.
Ahora los Ayuntamientos, Diputaciones, Junta de Castilla y León cada vez pone mas trabas para que esto no se pueda llevar a cabo y lo puedan delegar a empresas privadas que lo único que les importa es cobrar sin importarles nada el medio ambiente y menos las condiciones laborales de sus trabajadores.
Despertemos, antes de que sea demasiado tarde. Seamos respetuosos con el medio ambiente y paremos la degradación ambiental que genera el capitalismo y los seres humanos.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”
[Aristóteles,384 AC-322 AC. Filósofo griego]