El 18 de octubre de 1976 Laureano Cerrada Santos, uno de los personajes más apasionantes del exilio antifranquista, caía acribillado a balazos en el boulevard Bellvile de París. Su cuerpo quedó tendido justo en frente de la cafetería donde había concertado la que sería, a la postre, su última cita. Todavía hoy, pasados más de 30 años del asesinato de Laureano Cerrada, existen numerosos interrogantes sobre la muerte de este recalcitrante conspirador capaz de llevar a la práctica empresas tan insólitas como el atentado aéreo contra Franco. ¿Quién mató a Laureano Cerrada? Un artículo de investigación de nuestro corresponsal Modesto Agustí.
A pesar del silencio que durante años ha acompañado al nombre de Laureano Cerrada, su imagen, lejos de sepultarse en el ostracismo que algunos de sus contemporáneos pretendieron relegarle, no deja de resultar fascinante para quien conoce su historia.
Sorprende el hecho de que en una época en la que existen miles de libros relacionados con el movimiento anarquista en España, apenas haya un par de publicaciones que tocan de pasada la vida de Laureano Cerrada. Si bien es cierto que esta carencia se verá tarde o temprano subsanada gracias al trabajo tenaz de un investigador honesto que lleva años detrás de la historia del hombre que trató de provocar la bancarrota del régimen franquista. Trabajos como el citado, ayudarán, sin duda, a arrojar luz sobre los enigmas que todavía existen en su biografía. Mientras tanto, y coincidiendo con la fecha del aniversario de su asesinato, vamos a tratar de recopilar las diferentes versiones que existen sobre su muerte.
¿Pero quien fue este hombre capaz de poner en jaque al régimen franquista?
En el anterior artículo El atentado aéreo contra el general Franco me permití deslizar alguno de los detalles más reseñables de la vida de Laureano Cerrada.
Nuestro hombre nació en Miedes de Atienza, un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara, a principios del siglo XX. Escapando de la miseria y del despotismo de los caciques del pueblo emigró joven a Barcelona, donde residirá hasta el final de la Guerra Civil.
Aunque no existe documentación al respecto, parece ser que algunos testimonios apuntan que durante los difíciles años 20 del siglo pasado, Cerrada se curtió en las furibundas luchas entre las bandas de pistoleros de la patronal (el denominado Sindicato Libre) y los grupos anarquistas. Trabajó como peón de vías durante la II Republica y desempeño un papel importante en el comité revolucionario de la CNT, la UGT el POUM que gestionaba los ferrocarriles en Barcelona.
Desde que fuera detenido por los nazis durante el transcurso de la ocupación alemana de una parte de Francia, la falsificación se convertirá en una de sus principales actividades. Y no en balde, pues logró escapar del campo de trabajo donde había sido recluido mediante la falsificación de un documento de la Komandatur donde se decretaba su propia libertad. Gracias a su intensa actividad como falsificador logrará tejer una importante red ilegal de pasaportes y documentos falsos que facilitará la huida a los perseguidos por la GESTAPO. Cerrada contaba también con un arsenal de recursos entre los que se encontraban varios hoteles, imprentas, pisos francos, depósitos de armas para el maquis en España, una lancha motora y hasta una pequeña avioneta con la que pretendió asesinar a Franco en septiembre de 1948.
La falsificación de moneda será otra de sus principales actividades, Laureano Cerrada proyectó inundar la economía española con los billetes falsos que su equipo emitía.
Pero, ¿de dónde provenían las pesetas falsas que manejaba Laureano Cerrada?
Después de la caída de la Italia fascista Cerrada se desplazara hasta Milán, se resiste a ver el espectáculo que sin duda representa el cadáver colgado de Mussolini junto al de su amante, pero su intención es otra. Gracias a sus contactos logrará hacerse con las planchas de impresión de los billetes españoles que por cuestiones estratégicas el régimen franquista imprimía desde Italia.
Desde los resortes donde se domina la gestión de la CNT y de la FAI en el exilio se exige continuamente a Cerrada que entre las planchas a la organización. Cerrada nunca lo hará, en sus manos pueden convertirse en un instrumento revolucionario que desestabilizaría al régimen, y desconfía de los burócratas que copan los comités.
“El dinero no sirve de nada si no es para hacer la revolución. Vosotros solo queréis destruirlo, porque os da miedo”
Muchos de estos “santones”, como el propio Germinal Esgleas y Federica Monteseny, le deben sus cargos ya que fue el mismo quien los aupó en el seno de la organización justo después de la ocupación alemana.
El asunto de la devolución de las planchas será una de los elementos del constante enfrentamiento entre Cerrada y un sector de la CNT y de la FAI. El affaire solo se solucionará cuando en una disputa por la posesión de las mismas se adopte la solución salomónica de destruirlas, como relata Jose Peirats en De mi paso por la vida, donde se concentran parte de sus memorias.
En su estrategia contra el régimen Cerrada no era partidario ni de atracos o secuestros, que según su teoría desgastaban las fuerzas de los resistentes. Centraba toda su atención en la falsificación de documentos: pasaportes, fondos del tesoro francés y papel moneda. Llegó a Falsificar también billetes de la lotería nacional y en una ocasión, por pura diversión, llegó a duplicar todo el billetaje de la plaza de toros de Nimes con ocasión de una importante corrida y se sentó con unos amigos en una terraza en frente del foso taurina para disfrutar del inmenso caos que se formó a la hora de empezar la corrida.
Pero estaba claro que su método y su red ilegal no eran bien vistos en el seno del Movimiento Libertario en el exilio. Los históricos de la CNT y la FAI reprochaban a Cerrada que sus actividades, además de llenar de oprobio la imagen de la organización, podrían suponer su ilegalización por parte de las autoridades francesas.
Su buena estrella se apago en 1950 cuando fue detenido en posesión de moneda falsa. Poco después de su encarcelamiento la policía francesa inicia una redada de dimensiones colosales tras un atracó perpetrado en Lyón en el que tras un tiroteo son abatidos dos policías. Inmediatamente después se realizarán innumerables detenciones entre las que se encuentran, entre otros, Jose Peirats, secretario general de la CNT, e incluso el mítico guerrillero Quico Sabaté, que será brutalmente torturado. En los arrestos y registros los servicios secretos franceses se encontrarán con más de una sorpresa.
Febrero de 1951 marca la debacle del “imperio de Cerrada” pues la policía destapa todas sus empresas. La sorpresa mayúscula se la llevarán cuando en una de sus pesquisas descubren, abandonada en el aeródromo de Guyancourt, la avioneta con la que se había llevado a cabo años atrás el atentado fallido contra Franco.
La situación penal de Laureano Cerrada se agrava y el nuevo escándalo que le salpica es aireado a todo trapo por la prensa francesa. Paralelamente es expulsado del Movimiento Libertario por “unanimidad y de forma irrevocable” por sus métodos inadmisibles.
Tras pasar varios años en la prisión de Evreux Cerrada logrará rehacer su imperio, aunque sus dimensiones serán ostensiblemente más reducidas. A pesar de que esta oficialmente fuera de la CNT nunca dejará de colaborar con grupos autónomos de libertarios que hostigan al franquismo, e incluso, colaborará de forma secreta con Defensa Interior, el organismo conspirativo que desde principios de la década de los sesenta realiza acciones contra el régimen y elabora varios atentados fallidos contra Franco.
Fuera de la cárcel extenderá su red de contactos a determinados medios del milieu (la mafia francesa), y aquí es donde algunos testimonios sitúan la clave de su muerte.
En su biografía se acumulan dos detenciones más, siempre bajo la misma acusación de falsificación. En 1957 es detenido en posesión de unos dudosos marcos alemanes, y posteriormente es nuevamente arrestado a la edad de sesenta y ocho años, al destaparse una red que se dedicaba a falsificar documentos de identidad franceses y permisos de conducir.
“Después de nueve años los investigadores han tratado de identificar a Cerrada. Sin embargo ninguna de las personas en posesión de los documentos falsos parece conocer al impresor” publicada el diario “Le Monde” el 2 de junio de 1970.
En agosto de 1974 recuperará la libertad, el falsificador incansable desconoce que dos años después la muerte acudirá a visitarlo en una cafetería de París.
El rompecabezas de la muerte de Laureano Cerrada
¿Quién tendría necesidad de asesinar a un apacible anciano de 73 años?. Un pensamiento similar pudo pasarse por la cabeza de aquellos que presenciaron como aquella fría mañana de octubre un cuerpo inerte quedaba tendido sobre la acera. Momentos antes el viejo falsificador había mantenido una conversación con su asesino en el interior de la parisina cafetería Europa.
-¿Aquí o afuera?
-Fuera…aquí hay amigos a los que no quiero meter en un lío.
Después el sonido inconfundible de las armas de fuego. Un disparo, quizás dos, puede que a quemaropa, y la sangre roja que empapa los cadáveres a los que el último suspiro de vida se escapa por la comisura de los labios.
¿Por qué el asesino de Cerrada eligió un lugar tan concurrido para dispararle? ¿Por qué pareció no importarle que le reconocieran?
Cuando era apenas un adolescente cayó en mis manos el libro Lucio, el anarquista irreductible, entre las aventuras que nos narra su protagonista, Lucio Urtubia, se encuentran los hechos que rodearon el asesinato del que parece que pudo ser su mentor en el arte de la falsificación. Con un escueto “se dejó hipotecar” Lucio ventila el asunto. Pero ¿por quién o quienes según el anarquista de Cascante se dejo hipotecar Cerrada? Demasiados interrogantes sobre el cadáver todavía caliente del viejo Cerrada.
La muerte de Laureano Cerrada coincide cronológicamente con la parte final del trabajo de investigación del periodista Eliseo Bayo en la “Gaceta Ilustrada” . Es en esta publicación donde aparecerán los trabajos periodísticos que después serán recopilados en el libro Los atentados contra Franco. Parece ser que Eliseo Bayo había convencido a Laureano para que redactara sus memorias, el “universo Cerrada” daba mucho más que para unos pocos artículos periodísticos. Habían pasado tres días juntos y, a pesar de que según cuenta Luis Andrés Edo su primer encuentro no estuvo exento de roces, congeniaron muy bien. El periodista y el veterano libertario se citaron para seis semanas después. Mientras Bayo se tomaría quince días para plasmar en un libro toda la historia vivencial y militante que atesoraba Cerrada.
En este sentido Edo afirma que “es en esta iniciativa donde se sitúa el error que condujo a Cerrada a la muerte, y que solo él (Cerrada)hubiera podido prever”
Durante algunos días el mismo Cerrada registró su voz en un magnetófono pero desistió a la espera de que Eliseo Bayo llegará a Paris. La muerte violenta de Cerrada impidió que el proyecto se materializase.
El propio Eliseo Bayo realizó una investigación in situ y sus resultados fueron divulgados por la “Gaceta Ilustrada” llegando incluso a revelar el nombre del supuesto asesino: Ramón Benichó Canuda, alias Ramón Leriles. Sin embargo, la policía no llego a la misma conclusión pues, después de interrogar al Leriles, lo puso en libertad, huyendo posteriormente a Canadá.
Ramón Benichó, español de 52 años, había pertenecido tiempo atrás a la CNT, tras pasar por la cárcel se había integrado de pleno en la mafia francesa. Existen testimonios que apuntan que además de Leriles (chivato), a Benichó se le atribuye también el apodo de “El Caid del Pigale”. Bayo relata que su enfrentamiento con Cerrada pueda remontarse a la primera detención de este en 1950 por una posible delación. ¿Tuvo algo que ver el tal Leriles?
Un día antes de que el Leriles disparase a quemarropa al viejo falsificador, la Gaceta Ilustrada había publicado el artículo referido al atentado fallido contra Franco en la Bahía de la Concha de San Sebastián. ¿Es simplemente una casualidad o al muerte de Cerrada guarda relación con la divulgación de este hecho en la prensa española?
En Los atentados contra Franco Eliseo Bayo desarrolla varías hipótesis sobre el asesinato de Cerrada. Mientras Bayo llegaba a Paris para ponerse a trabajar en el proyecto de las memorias de Cerrada, este por su parte encargó al joven abogado de París, Nicolas Reveillard, el rescate de un dossier de más de mil quinientos folios que debería ser sustraído del Palacio de Justicia. Una práctica que algunos secretarios judiciales aceptaban previo pago de una nada desdeñosa minuta. Laureano pagó tres mil francos y espero sin inquietarse.
Según el relato de Bayo en dicho dossier se encontraba la prueba de la posible delación que, según la hipótesis del periodista, contenía la prueba de que el atentado contra Franco había fracasado por una delación. Bayo apunta como principal sospechoso de la delación a Primitivo Pérez, piloto de la avioneta. Por su parte Antonio Téllez en Historia de una atentado aéreo contra Franco, refuta con diversas pruebas esta hipótesis, señalando que el atentado fracasó porque la avioneta Norecrin fue descubierta por la aviación española.
¿Qué contenía ese misterioso dossier?
En la novela Laureano Cerrada, el empresario anarquista, Cesar Galiano, retomando la hipótesis de Bayo, señala que quizás en ese abundante dossier se albergarse el nombre de otros posibles delatores. Siguiendo esta versión, Ramón Benichó actua para que ese dossier jamás llegase a las manos de Cerrada.
Pero hay un hecho que no cuadra en esta historia, Cerrada sabía de sobra que Nicolas Reveillard era intimo amigo del Leriles. Ponerse directamente en contacto con este letrado supondría un riesgo incalculable. ¿Buscaba Cerrada inmolarse? ¿Búscaba una muerte teatral digna de su envergadura?. Personalmente no lo creo, y este es el principal punto oscuro que rodea su muerte.
Aquella maña del 18 de octubre de 1976 Cerrada telefoneó al joven abogado parisino desde la cafetería Europa. Poco después por la puerta hacía aparición Ramón Benichó, alias Leriles, quien saludo de forma ostensible a los parroquianos del local. No existe una explicación convincente sobre este hecho: ¿qué hizo que el asesino acudiese a cara descubierta a la escena del crimen?
Paralelamente Bayo desliza la hipótesis de la participación de los servicios secretos en la muerte de Cerrada. Según esta versión, los servicios policiales habrían hecho pasar por un ajuste de cuentas entre mafiosos, lo que en realidad suponía la liquidación de una importante fuente de documentación. De esta manera se evitan las hipotéticas especulaciones políticas sobre la muerte de Cerrada.
Ahondando en esta misma línea se sitúa el testimonio que Stuart Christie recoge en su libro de memorias Franco me hizo terrorista. El libertario de origen escocés plantea la “versión política” en el asesinato, en tanto que sugiere que Ramón Benichó trabajase para el Grupo Paladín, una de las bandas secretas de pistoleros dirigidas por el jefe de la Brigada Político Social, Eduardo Blanco, que había sido reclutada entre fascistas italianos y alemanes y estaba comandada por Otto Skorzeny, alias Caracortada, un ex coronel de la SS radicado en Madrid.
Por otra parte, Luis Andrés Edo en La CNT en la encrucijada. Aventuras de un heterodoxo, aporta una nueva versión que, en lo esencial, no difiere de la de Bayo, aun cuando añade un nuevo matiz al asesinato de Cerrada.
En su libro Edo señala que el propio Cerrada le explicó que Ramón Benichó, alias Leriles, al integrarse en la mafia francesa se había especializado en la explotación de meretrices, lo que viene a llamarse un vulgar “chulo de putas” que en aquella época en Francia funcionaba como una autentica industria. Como negocio delictivo necesitaba obvia el amparo y la protección de la policía, y es entre los “explotadores del sexo” donde esta encontraba su principal red de informadores.
Cerrada siempre se había manifestado en contra de este sector de delincuentes que de sobra había conocido en las cárceles francesas, relatando a Edo como siempre habría salido en defensa de los delincuentes más “dignos” al denunciar públicamente al núcleo de confidentes “explotadores del sexo”.
Luis Andrés Edo relata que Cerrada se habría jurado a si mismo “enderezar un tal entuerto”, que “en realidad significaba correr mayor peligro que el que corría Sancho Panza al acompañar al hidalgo de la Triste Figura”
El protagonista del sumario se habría presentado ante Cerrada para espetarle “ya se que para que quieres el sumario. He leído el reportaje de Interviú que te ha hecho un tal Eliseo Bayo. Tú quieres denunciarnos a través de la prensa española”.
Así comenzó la discusión que acabaría con los dos tiros quemarropa y cuerpo de Cerrada desangrándose sobre una acera de París.
Pescador de agua dulce
Laureano Cerrada llegó puntual a su cita con Caronte. Quién sabe si el guasón de Cerrada reservó uno de los billetes de su propia fabricación para costear los servicios del barquero del reino de los muertos. Sin embargo, no pudo ajustar la cuenta pendiente que tenía con el pescador de agua dulce, el propio general Franco. Casi un año antes el caudillo también había concertado una cita, a la que su equipo médico se empecino en que llegara con retraso, con su propia Parca. Para Laureano estaba claro que, a pesar de mucho que lo hubiera intentado, el pescador de agua dulce había logrado que su “veinte de noviembre se convirtiese en su uno de abril”.
Modesto Agustí
Corresponsal de DV
Referencias bibliográficas
– Bayo, Eliseo, Los atentados contra Franco, Plaza & Janes editores, Barcelona, 1976
– Thomas Bernard, Lucio el anarquista irreductible, Ediciones B, Barcelona 2001.
– Edo, Luís Andrés, La CNT en la encrucijada. Aventuras de un heterodoxo. Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2006
– Galiano, César, Laureano Cerrada, el empresario anarquista, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2009
– Téllez Solá, Antonio, Historia de un atentado aéreo contra el General Franco, Editorial Virus, Barcelona, 1993
– Christie, Stuart, Franco me hizo terrorista. Memorias del anarquista que quiso matar a Franco. Temas de Hoy, Madrid 2005.
– Lozano Domingo, Irene, Federica Montseny. Una anarquista en el poder, Espasa Calpé, Madrid, 2004.
– Peirats Valls, Joseph, De mi paso por la vida, Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2009.
– Documental Los que quisieron matar a Franco, dirigido por Pedro Costa, 2006.
– Entrevista personal con el investigador que prepara el trabajo sobre Laureano Cerrada. Verano de 2009.
impresionante
Salud compi
la mejor reseña que he leido de Cerrada.
Gracias por dejar reseñada la bibliografia.
Mu buen trabajo
Modesto
He intentado reflejar todas las hipótesis que barajan los autores que han aboradodo la cuestión. Seguro que, sin querelo, he deslizado algunos errores.Esperemos que en breve los trabajos que hay en marcha sobre el tema vean la luz y ayuden a comprender el apasionante y a la vez enigmático universo de Laureano Cerrada.
Eugenio
Por fin alguién escribe en serio sobre Laureano. Un prototipo de anarquista que se utiliza cuando s ele necesita y va a la basura cuando puede perjudicar.
Tuve la suerte de ser su amistad desde el 1975 hasta Agosto de 1976, cuando volvi del exilio. Por desgracia no recuerdo todas las charlas del Bristro Europe.
Frecuentar a Cerrada y Gorcia Calvo , no le gusto a la “oficialidad” de la Rue de Vignoles y me dejaron a mi suerte. Creo que temian a Cerrada.
Salud
José Luis Calzada
Corregir la fecha de la muerte de Cerrada fué el 18 de octubre de 1976
y no de 1974 como se apunta al principio y en el título de la Vikipedia.
Gracias.
Modesto
Gracias a Eugenio por compartir sus vivencias sobre Laureano Cerrada, un hombre del que todavía no se ha conoce suficientemente toda la verdad. Esperemos que tarde o temprano el estudioq ue esta en marcha sobre su figura vea la luz.
Jose Luís, la fecha de la muerte de Cerrada está ya corregida. Graciás también a tí por avisar.
Angelique CERRADA FALCO
Gracias,
Muchissimas gracias, muy bien escrito.
juanmi
Os recomiendo la lectura del libro; LOS ATENTADOS CONTRA FRANCO, Autor; Eliseo Bayo, Editorial; Plaza y janés. En este libro encontraréis más información sobre este extraordinario personaje, digno de admiración e inexplicablemente relegado al olvido, por algún tipo de interés que no llego a entender.
Pablo Cerrada Blázquez
Buenísimo y apasionante el artículo de “mi ancestro”.
Intentaré localizar el libro para saber algo más de él.
Benjamín Lajo Cosido
Me ha gustado mucho tu crónica sobre Laureano, Sergio, felicidades.
Y al final del reportaje, en la última fotografía, has escrito un adjetivo, pero que en realidad es una virtud de las que emergen que te comenté.
La Audacia tiene un determinador común, un sentido intuido del sentimiento.
¡Salud!
Simón
No fue Benichó- El diálogo de aquí o fuera es auténtico- Yo estba allí
Jose ignacio cerrada
Yo no se si es un antepasado pero curioso lo que la historia deja atras.