Corría 2015, las constructoras y promotoras burgalesas habían caído como moscas. Aragón Izquierdo, Arranz Acinas, Tebycon, Urbelar, Jovilma, Patersa, Vías y Desarrollo Urbano, Campoburgos, Valle del Duero S.L, Desarrollo Urbanos S.A, Edificaciones Sociales de Burgos y muchas más.
En 2015 sólo el grupo Arranz Acinas dejó una deuda en Hacienda de cerca de 50 millones de euros tras su quiebra, le seguía Aragón Izquierdo con 16 millones de euros. Sin contar lo que dejaron a deber a muchos de sus empleados y clientes. La burbuja inmobiliaria había terminado de estallar y las consecuencias económicas de aquel tejemaneje liberal fueron desastrosas. Con las constructoras, promotoras y otros “chiringos” del ladrillo se fueron al garete también la casi totalidad de las cajas de ahorros. Descubrimos con estupor como este cáncer liberal había hecho metástasis en estos entes de supuesto dominio público llamados cajas por el populacho.
Para 2016 el precio del metro cuadrado medio en Burgos era de 1.432 €, nada que ver con esos 2.200 € de precio medio que se calculaba en 2007. El precio de la vivienda había caído y lo peor es que lo había hecho con fuerza. Con un descenso del 35% en Burgos y en un corto periodo de tiempo para el ladrillo. El precio más bajo se fijó en Julio del 2016 según los datos de un conocido portal inmobiliario. A partir de ahí el precio fue en aumento pero con mucha lentitud, hoy el precio del metro cuadrado en Burgos es de 1610 €. Pero si nos fijamos en partes más concretas de la ciudad las caídas han sido mayores. A día de hoy, Gamonal ha perdido un valor de más del 30% desde su precio máximo durante la burbuja inmobiliaria, la Zona sur de Burgos un 35% o la Ventilla un 33%. Y todo eso sin tener en cuenta la inflación. La vivienda fue un espolio para muchas personas que durante la burbuja compraron a precios muy altos. Hipotecarse en aquella época significo prácticamente ser un esclavo, probablemente nunca verán retornado el valor de compra.
Sin embargo en 2016 un nuevo vehículo especulativo estaba despertando. Mientras todo el mundo miraba el precio del metro cuadrado de compra nadie miraba el precio del metro cuadrado en alquiler. Para 2016 el precio del alquiler ya estaba creciendo y no ha parado de crecer desde entonces incrementándose la friolera de un 38% de media en Burgos. Con una población con clara tendencia decreciente no se entiende que aumente la construcción de viviendas ni tampoco que el alquiler esté por las nubes. Pero ¿cuáles son las razones del aumento de los precios del alquiler en Burgos?. La principal razón del aumento del precio del alquiler en Burgos probablemente sea la dificultad de ciertos sectores de la población para acceder a una casa en propiedad o mediante un crédito. Esto hace que la demanda de alquiler sea muy grande y que la oferta no cubra la demanda.
En Burgos nada a crecido tanto como el precio del alquiler, ni tan siquiera la cacareada subida del IPC ha conseguido ponerse a su altura. En el gráfico se puede observar el valor del IPC de Castilla y León (rojo) según el INE, los precios de alquiler (azul) y compra (verde) ambos ajustados a valores comparables tomando como referencia los precios de Enero del 2015. El problema es que no podemos echar la culpa a Putin, a la guerra, o a los precios de la energía de que todos estos años el alquiler haya subido tanto. No podemos simplificar a lo estúpido para conseguir un eslogan político.
El aumento del precio del alquiler coincidió con el aterrizaje de los fondos buitre, como el conocido Blackstone, en ese negocio. Pese a que nuestra sociedad había sido una sociedad de propietarios tras el estallido de la burbuja inmobiliaria todo hacia pensar que era probable un cambio de tendencia. Y lo cierto es que así fue, pero aún estamos lejos de la media europea. Arrendar vivienda parece tan buen negocio que las actuales promotoras planean en Burgos varios bloques de vivienda nueva únicamente destinadas al alquiler. Incluso varias entidades bancarias cuentan con divisiones centradas en el alquiler. Por si no hubiese suficientes buitres revoloteando el ladrillo existe otro actor, las inmobiliarias. Sus prescindibles y más que cuestionables servicios encarecen el acceso a una vivienda y en el caso del alquiler esto es mucho más descarado. Casi con toda seguridad Burgos cuenta con viviendas más que de sobra para todos sus habitantes. Pero, si el negocio del alquiler parece tan rentable, ¿en qué están pensado los propietarios de viviendas burgaleses?.
Llegáis tarde a la fiesta
Los rumores sobre más dificultades legales o escenarios más adversos para los propietarios están haciendo que los fondos buitre que llegaron hace ocho años empiecen a abandonar estas actividades o al menos hayan dejado de seguir invirtiendo. ¿Será el presagio de una bajada del alquiler?, ¿una intimidación para los nuevos especuladores?. Lo cierto es que la incertidumbre sobre el ladrillo es bastante grande. Con unos tipos de interés muy altos y con un gran descenso del número de hipotecas concedidas es más que probable que el precio de las viviendas comience un descenso y puede que este hecho termine por repercutir en el precio de los alquileres de la misma forma. Pero el ladrillo tiende a ser tremendamente estable. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, por ejemplo, duro varios años. No se esperan descensos vertiginosos, esta situación durará varios años.
La especulación nunca ha parado
La especulación con la vivienda sigue siendo un gran problema, no terminó en 2007. Con una clase política incapaz de frenar de una vez por todas estas prácticas. La vivienda, hoy como ayer, es el principal vehículo de especulación, ya sea arrendando o vendiendo. Lo peor es que esa mentalidad especulativa se ha colado en la forma de pensar de gran parte de la clase obrera. Exprimir, económicamente hablando, a jóvenes con ganas de emanciparse debería ser algo reprobado en nuestra sociedad y sin embargo no es así. Si en las grandes capitales se cree que el 25% de las viviendas pertenecen a grandes propietarios, ¿de qué porcentaje hablamos en Burgos?. Aquí no parece haber tantos grandes propietarios y sin embargo el acceso a la vivienda es muy complicado.
Hablando de 2007. Por aquel entonces la gente salía a la calle para protestar contra la especulación de la vivienda. Las pancartas de las protestas vaticinaban o quizá anunciaban el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Tal vez hoy también necesitemos movilizaciones que nos ayuden a combatir la especulación y que ayuden a empujar los precios a la baja. Esta situación es una de esas diatribas del capitalismo, ¡esto es el mercado amigos! como nos explicó una vez ese afamado mafioso que una vez fue ministro de economía. Los que mandan permiten y legitiman esto, además ni tan siquiera se han molestado en buscar un chivo expiatorio.
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