Recientemente ha sido difundida la noticia a través de los media locales de que el Ayuntamiento de Burgos está tratando de verificar si el suelo en el que se asientan las huertas de Capiscol situadas a la otra parte del recién inaugurado Bulevar es de titularidad municipal. La finalidad última de las gestiones sería decretar un desalojo. Llama la atención la súbita celeridad con la que pretende actuar el consistorio burgalés que contrasta con la facilidad con la que suele regalar terreno público a las grandes empresas constructoras.
Desde mayo de 2012, y una vez que quedó inaugurado el bulevar, las huertas que desde tiempo casi inmemorial vienen situándose en el barrio de Capiscol (justo al otro lado de la carretera por donde transcurría la antigua vía) están bajo el punto de mira. El nuevo Bulevar ha sacado a la luz unos terrenos que hasta hace pocos meses importaban a muy pocos, al propio Ayuntamiento de Burgos al que menos.
Los inquilinos de estas huertas han estado durante años cultivando la tierra en este lugar sin que supusiera ninguna molestia para ningún vecino del barrio o caminante que se aventurase por la zona. Pocos recuerdan ya la situación de abandono de unas parcelas que eran poco menos que auténticos vertederos y que los actuales ocupantes han recuperado y convertido en terreno cultivable. La inauguración del bulevard ha hecho que las cosas cambien drásticamente provocando que al consistorio burgalés le entren prisas ya que actualmente está tratando de verificar si las parcelas son de propiedad municipal con el objetivo último de poder llevar a cabo un desalojo.
Llama la atención que el pretendido desalojo sea presentado mediáticamente como “una recuperación de esas parcelas para la ciudad”, cuando de sobra es sabido el amplio recorrido del Ayuntamiento de Burgos a la hora de ceder –o incluso regalar- suelo público a las grandes empresas constructoras, lo que a todas luces no repercute en la ciudadanía sino en los intereses de los propios constructores y políticos.
También es altamente sorprendente como María García, miembro del Consejo de Barrio de Capiscol, se apresure a denunciar públicamente que “la presencia de las chabolas no podía mantenerse por más tiempo” cuando a escasos metros de su propia vivienda existe un solar donde se acumulan todo tipo de escombros, una grúa de considerables dimensiones, un transformador eléctrico, material de construcción y demás enseres, todo ello abandonado en un terreno propiedad de varias empresas constructoras, que no parece ocasionarle ninguna molestia.
Por otro lado, las molestias y ruidos que María García aduce a “los inquilinos de estas chabolas” no son en nada comparables al ruido que ocasiona el propio tráfico del inaugurado bulevar, que no parece tampoco causarle problema alguno.
Decibelios y valoraciones acústicas aparte, de sobra es sabido que la suya no es la única voz que se oye en el Consejo de Barrio de Capiscol. Existen vecinos que no comparten la misma postura de quien durante años ha sido en Capiscol la caja de resonancia de las maniobras que se cocinan en el consistorio.
Sea o no de titularidad municipal el suelo en el que se asientan las huertas, el pretendido desalojo de las mismas presenta todas las papeletas para convertirse en un nuevo episodio de especulación urbanística que volverá a dar que hablar.
Proyectos como los de Huerta Comunitaria de Capiscol, que se sitúa justo al otro lado del bulevar, en el antiguo hospital de peregrinos y que de momento no se está viendo amenazada, puesta en marcha por la Asamblea de Gamonal 15-M, tratan de crear tejido social a través de la autogestión.
Un lugar elegido ex profeso por la propia asamblea ya que, como ell@s mism@s afirman, se trata de un espacio “irresponsablemente abandonado por una serie de empresas constructoras que contribuyeron al “desarrollo” de la ciudad duplicando el número de viviendas desocupadas en los últimos 10 años y que ahora, después de haber exprimido la gallina de los huevos de oro, han dejado un saldo de 5000 personas desempleadas, todo ello con el beneplácito del ay-untamiento quien otorgó licencias para obras que jamás iniciarán y que se traducen en solares vacíos como este”.
Rotten Kovalenko
Se ve que es aqui donde quierenhacer el arco del triunfo de javier Alacalle y necesitan los terrenos.
Pedro
Os felicito por el artículo, objetivamente expuesta la situación y documentada con fotos.
unx mas
Muy bueno lo del arco de triunfo, seguramente pase por encima del bulevard, llegando de un lado al otro…
Lo que es ridículo además en la argumentación de la presidenta del consejo de barrio es que en las huertas hacen ruidos que molestan… si están a más de 500 metros de los edificios y no ponen nunca música alta ni megafonía… es una excusa y una mentira más, con los vecinos/as con los que he hablado no ha habido ninguna queja por ruido, de hecho dicen que hacen más los del botellón de Fuentes Blancas y sí, lo que se dice del tráfico.
carlos
regalan terrenos para el Opus y no dejan esta huerta libre para vuestro uso, vergonzoso.
Nosomosnada.
El capitalismo nos conduce a un destino trágico..y el Estado es su salvaguarda..sitema cobarde que todos los dias vemos a gente en los contenedores y durmiendo en la calle
Si se extendiera la opinión que debemos organizar una huelga que removiera los cimientos de tanta injusticia…
Si las migajas del capital y subidas de impuestos a todxs nos están conduciendo a la miseria y mientras lxs señorxs del status quo engordan y se rien como hienas..
Si nos quieren ver en un todxs contra todxs…
luego no se extrañe nadie que la revolución comience recortando cabezas y no comience con expropiaciones.
Cerradico
YO NO LES VOTE
Anónimo
Yo tampoco, pero… ¿A caso eso cambia algo?