Publicado por DV & archivado en Asamblea Vecinal de Gamonal, Bulevar, Burgos, Gamonal, Historia, Lucha.

Tras dí­as de disturbios, noticias en primera plana en la televisión estatal y repercusión mediática en todos los continentes, podemos decir que Gamonal ha adquirido hoy la categorí­a de sí­mbolo de resistencia ante las arbitrariedades del poder. Pero, ¿por qué un barrio de una ciudad conservadora como Burgos ha salido a defender su territorio con tanta determinación? ¿Por qué sigue viva la lucha? Conozcamos su historia y su presente.

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El antiguo pueblo de Gamonal de Rí­o Pico resistió como municipio independiente hasta mediados de los 50. Presionados por la gran urbe, y en medio de la asfixia del régimen de Franco, la corporación municipal, presumimos que muy abrumada por los abogados de la ciudad de Burgos y el gobernador civil, acepta integrarse en la Capital de la Cruzada. Dicha integración, que se produce tras una ficticia negociación, supone una estafa para el pueblo. Cede sus inmensos terrenos a cambio tan sólo del establecimiento de una lí­nea de autobús urbano y de que el Ayuntamiento sufrague las fiestas patronales, que aún hoy se mantienen (Las Candelas, en Enero).

La ciudad tení­a puestas sus miras desde hací­a siglos en el pequeño pueblo, al igual que en el de Capiscol. Finalmente, esta ofensiva “diplomática” está motivada por el futuro establecimiento del Polo Industrial de Burgos por parte del régimen franquista.

Ahora bien, la burguesí­a y el clero no querí­an obreros cerca de sus mansiones ni de la Catedral. El arzobispo Pérez Platero llegó a argumentar que las fábricas traí­an marxismo y prostitución. Por ello el desarrollo urbaní­stico tení­a como única directriz construir las viviendas de los obreros en el nuevo barrio. Como decí­a la Polla Records, “Hiciste nuestras casas al lado de tus fábricas”.

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Como en la mayorí­a de los barrios obreros periféricos de las grandes ciudades, el desarrollo urbaní­stico fue absolutamente caótico e hizo que durante décadas el barrio fuera muy poco habitable. No se diseñaron parques. Los niños y niñas jugaban entre escombros de los constructores hasta los años 90. Tampoco existí­an aparcamientos en las calles porque se presumí­a que los trabajadores y trabajadoras no tendrí­an coches. Por otro lado, existí­an numerosas huertas al lado de edificios y calles. Además existí­an numerosas fábricas en medio de las plazas y calles. Todo ello creaba un entorno muy peculiar, radicalmente diferente al del centro de Burgos.

Como decimos, la composición del barrio era predominantemente obrera. Entre sus habitantes siempre hubo población gitana, y posteriormente también inmigrante. En el barrio ha predominado siempre la convivencia, y no se recuerda ninguna tensión ni incidente atribuible a la composición multiétnica.
Por otro lado, el barrio conserva una fuerte identidad propia, fruto de su origen. Tanto en el propio Gamonal como fuera de él, queda patente en expresiones populares, argot… Ejemplos hay muchos. Por ejemplo, cuando alguien del barrio acude al centro de la ciudad, es muy común decir que se “baja a Burgos”.

Como puede irse viendo, este barrio ha sufrido a lo largo de estos 60 años un serio abandono, y numerosos abusos, lo cual ha hecho que las gentes del barrio se movilicen y peleen, especialmente en lo referido a cuestiones urbaní­sticas. Se trata de un barrio acostumbrado a luchar, pero también, como veremos, a ganar.

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Los principales agentes populares en estas luchas han sido las asociaciones de vecinos, movimientos sociales propios del barrio (especialmente juveniles y culturales, de marcado carácter combativo y libertario) y numerosas asambleas surgidas para problemas especí­ficos. Por otro lado, hay que destacar que el barrio siempre ha aportado mucha militancia a las organizaciones más combativas de la ciudad, tanto en el franquismo como posteriormente. De hecho algunas organizaciones tení­an dos asambleas, una en Gamonal y otra del resto de Burgos.

Por supuesto, el barrio ha tenido una amplia participación en luchas que atañí­an a toda la ciudad de Burgos (como por ejemplo la exigencia de un nuevo hospital público), pero ha desarrollado muchas, muchí­simas, especí­ficas en su propio espacio. Destacaremos aquí­ algunas de las más relevantes.

A finales de los años 70 se producen las luchas vecinales cuyas reivindicaciones se centran en la necesidad de un mejor servicio de autobuses y los problemas derivados de la autoví­a “Ronda II”. El 8 de septiembre de 1978 los vecinos del barrio reunidos en asamblea convocan una manifestación que es considerada ilegal por la policí­a y deriva en una serie de disturbios que recuerdan mucho los acontecimientos vividos en el barrio en enero de 2014.

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Pero lejos de detenerse la conflictividad social en Gamonal continúa su desarrollo en los  años 80. A principios de esta década, el Ayuntamiento decidió unilateralmente, y por supuesto sin consulta ni información previa, el aumento de la tarifa del autobús urbano. Cuando las gentes leyeron la noticia en la prensa, de manera espontánea comenzaron a hablar en corros, en los portales, y salieron en concentración a la calle Vitoria (que como iremos viendo es el escenario de numerosas movilizaciones) para cortar el tráfico. Acabaron lanzándose piedras a los policí­as que acudieron a vigilar la protesta y tumbando varias farolas, además de curzar un autobus urbano, lo cual tuvo su repercusión en la prensa local y estatal.

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En esta misma época se acabaron de construir los edificios conocidos como “Las Torres”. Se trataba de tres bloques de 14 alturas, ubicados en una zona que apenas estaba asfaltada, en un entorno poco adecentado. Pues bien, en estos edificios y en la guarderí­a cercana comenzaron a detectarse vapores tóxicos provenientes de unos depósitos de propano enterrados bajo la superficie. Cuando los vecinos y vecinas del barrio comenzaron a denunciar judicial y públicamente el asunto, exigiendo que se llevaran del barrio el gas y les repararan las casas para evitar las filtraciones, las autoridades de la ciudad llamaron de manera habitual a los “marrones” de Miranda de Ebro. Este contingente antidisturbios hizo presencia en el barrio con mucha frecuencia, y reprimió en varias ocasiones al movimiento vecinal. Este es uno de los casos en los que el alcalde José Marí­a Peña, inhabilitado posteriormente, se gana el apodo de “Cabezón”, por su increí­ble cerrazón y nula capacidad de escucha a las gentes de Burgos. Tras 20, ¡veinte! años de proceso judicial, el Ayuntamiento tuvo que indemnizar a las familias que viví­an en esos edificios (especialmente a las personas intoxicadas) y reparar la guarderí­a.

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También, en esos años de efervescencia de la autonomí­a obrera, los trabajadores de CYFISA tomaron la fábrica y la autogestionaron durante más de un año. Finalmente, como ocurrió en otros lugares del estado, el sindicalismo mayoritario liquidó esta experiencia al negociar la reventa de la fábrica a los antiguos dueños, que finalmente la cerraron con ayudas económicas del estado.

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Después, en los años 80, continúan las luchas relacionadas con el urbanismo, pero en el barrio se comienzan a articular otro tipo de iniciativas. Varios colectivos realizan una campaña muy interesante contra el incremento del costo de la vida, convocando una huelga del pequeño comercio y celebrando una importante manifestación, a la que acudieron más de 5.000 personas. Una iniciativa de la que no hemos oí­do hablar en otras ciudades, y que sin duda fue muy curiosa e interesante, para tratar de llamar la atención sobre la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras. En esta movilización participó el Ateneo Popular “Los otros”, que desarrolló en esta década y la siguiente una labor contracultural y asociativa muy continua con los vecinos y vecinas del barrio.

En esta época se dan otras luchas importantes en el terreno urbaní­stico, como decí­amos. Muchas de ellas, además, acaban en victorias parciales o totales, y, en cualquier caso, en un desgaste polí­tico importantí­simo del omnipotente José Marí­a Peña “el Cabezón” y su corruptor Antonio Miguel Méndez Pozo.

Por ejemplo, a los vecinos y vecinas de Eladio Perlado les intentaron cobrar de su bolsillo las baldosas que se colocaban en sus aceras. Bajaron al pleno del Ayuntamiento con sus recibos, montando un gran escándalo, y algunos de ellos se declararon insumisos y no pagaron. Por otro lado, se organizaron diversas formas de protesta contra la presencia de fábricas dentro del barrio, y se consiguió que todas ellas salieran a la periferia. Incluso se ocupó una fábrica de lácteos (CLESA) y se convirtió en Centro Social. Posteriormente, tras su derribo, el Ayuntamiento se vio obligado a ampliar el Parque Félix Rodrí­guez de la Fuente.

Algo parecido ocurrió con el Parque Santiago. El alcalde y diversos constructores pretendí­an levantar más edificios en una zona con una densidad de población altí­sima, pero las vallas de obra aparecieron totalmente destrozadas y derribadas. Hoy en dí­a es un lugar de disfrute y ocio.

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También es importante destacar que lo público siempre ha sido muy valorado en este barrio. Además de las luchas por la sanidad, destacó por su amplí­simo seguimiento la campaña por la construcción del 6º instituto público, ya que todos los demás estaban absolutamente saturados.

Como colofón de los 80, destacar que la asociación vecinal “Todos Unidos”, de nuestro barrio, inició el proceso judicial que consiguió que se condenara a Méndez Pozo a 9 años de prisión por corrupción urbaní­stica. Aunque poco duró la alegrí­a, ya que tan sólo cumplió 9 meses en prisión y después fue nombrado presidente de la Cámara de Comercio. Su amistad con Aznar parece que fue determinante. Para conocer los detalles de aquel primer caso en el que un constructor fue condenando por corruoción urbaní­stica es imprescindible acercarse a las páginas de El Jeje. El caso de la construcción de Burgos (Librerí­a Editoria Berceo, 1998)

En cuanto a la juventud, en esta década y los 90 surgen muchas experiencias. Tuvo un gran impacto el Movimiento de Objeción de Conciencia; también el Centro Social Gacela; las Escuelas Populares de Música (donde se intercambiaban los conocimientos y se aprendí­a a tocar instrumentos de forma totalmente gratuita), los numerosos centros sociales o viviendas ocupados, además de los tradicionales locales juveniles para ensayar música y disfrutar del ocio… Cabe destacar que varias generaciones de jóvenes formaron (y forman) sus propios colectivos sociopolí­ticos, ya fueran anarquistas, castellanistas, antifascistas, de trabajo social…

Acabados los años 90, algunas de todas estas asociaciones, ateneos y colectivos todaví­a subsisten; otros han desaparecido o se han transformado, pero las personas que los dinamizaron siguen conectadas y formando parte de un tejido social relativamente amplio. También se crean nuevas experiencias.

En la primera década de los años 2000, la pelea más dura y destacada, que de nuevo acaba en victoria, es la de Eladio Perlado. En algunos cí­rculos se la llama “la Segunda Batalla de Gamonal” por la contundencia de los disturbios y la represión ordenada por el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno (la primera batalla de Gamonal fue contra las tropas napoleónicas). Su origen: la prepotencia de Javier Lacalle (concejal de urbanismo en aquella época), Juan Carlos Aparicio (alcalde) y la constructora Arranz Acinas en construir un aparcamiento en esa avenida. Los vecinos y vecinas denuncian que es una maniobra especulativa, que no es necesaria y que además pone en peligro a los edificios cercanos, algunos agrietados de anteriores obras. Además, un año antes habí­an fallecido en accidente laboral 10 obreros que trabajaban para Arranz Acinas por graves incumplimientos de seguridad (un hecho que también generó gran escándalo y numerosas protestas).  Al igual que con el actual conflicto del bulevar, las asociaciones de vecinos organizaron muy diversas movilizaciones y formas de protesta pací­ficas y legales, pero el Ayuntamiento se negó a escucharlos.

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En pleno verano, el 18 de agosto de 2005 de madrugada, con el alcalde y todos los tenientes de alcalde de vacaciones, la policí­a local escolta a los vehí­culos de obras para instalar las vallas y maquinaria. La gente más mayor del barrio se entera y enseguida baja a protestar, pero la policí­a los apalea y arresta a alguno de ellos. A la tarde se convoca a una asamblea en el barrio, a la que acuden cientos de personas absolutamente indignadas tanto por la obra en sí­ como por el maltrato a personas mayores por parte de la policí­a local. Pese a que la policí­a sigue presente custodiando las obras, las gentes del barrio, jóvenes y mayores, los expulsan, derriban vallas, incendian la caseta de obras e inician disturbios que duran unas cinco horas. Como resultado, numerosos heridos, y 8 personas que son juzgadas y finalmente condenadas a fuertes multas y prisión eludible con fianza. Eso sí­, las obras se acabaron ese mismo 18 de Agosto. Hoy en dí­a, Eladio Perlado sigue siendo una avenida con cuatro carriles, aparcamiento gratuito en superficie y arbolado en el centro.

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Declaraciones de la Subdelegada del Gobierno de Burgos haciendo responsables a “grupos de radicales anarquiatas”, una estregia similar a la empleada por la Comisarí­a Provincial de Policia en 2014

Por otro lado, tras las movilizaciones del movimiento 15-M, en Burgos se crea la Asamblea de Gamonal. Es el único barrio de la ciudad donde la iniciativa de los barrios cuaja, adquiriendo una idiosincrasia diferente. Esta asamblea, compuesta por jóvenes y gentes más mayores, consigue una de las primeras daciones en pago con alquiler social tras una intensa pelea contra un desahucio. También recupera para el barrio unos antiguos cines cerrados por Caja Burgos (hoy Caixabank) y realiza campañas contra la banca. En una parcela abandonada por los constructores, planta y gestiona una huerta ecológica comunitaria con numerosas actividades para las gentes de Gamonal y Capiscol. Y también desarrolla muchas actividades, debates y reflexiones acerca de las identidades de género, el machismo, el derecho a decidir y la violencia estructural del estado contra las mujeres.

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Por otro lado, en las huelgas generales este barrio también realiza aportaciones importantes. En primer lugar, porque está rodeado por uno de los grandes polí­gonos industriales, y es uno de los puntos clave donde los piquetes informativos acuden a desarrollar su labor. En las dos últimas han sido lugares de confrontación importantes, consiguiéndose cerrar el paso a los autobuses urbanos que no habí­an firmado servicios mí­nimos pese a la oposición del Ayuntamiento, y también bloquear la entrada a algunas fábricas pese a la presencia de la policí­a nacional.

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Como puede verse, a lo largo de seis décadas las gentes de este barrio se ha organizado de diversas maneras para enfrentar sus problemas y exponer sus planteamientos, reivindicaciones y actuaciones más allá de lo que estipula la supuesta “participación democrática” que venden las instituciones. La juventud y el resto del vecindario no han estado desconectados, y siempre han existido puentes y personas que serví­an como referente para enterarse de lo que se cocí­a en el barrio y coordinar las actuaciones cuando se consideraba necesario, con mayor o menor éxito.

Con la memoria histórica del barrio, el tejido social existente, el hartazgo absoluto sobre la corrupción en Burgos en los últimos años (incluidas dos dimisiones de concejales) y el sufrimiento provocado por las polí­ticas de los dos últimos gobiernos estatales, todo estaba dispuesto para que estallara una lucha como la que hemos podido ver hasta ahora. Todo el barrio lo sabí­a. Medio Burgos también. Todos menos el señor alcalde.

Un vecino de Gamonal

11 Comentarios para “Gamonal. Siempre barrio vivo, siempre barrio combativo. La Historia de Gamonal a través de sus conflictos y luchas sociales”

  1. guadalupe ballorca

    Esto es y ha sido Gamonal, y tiene cuerda “pa” rato

  2. Rocio Gonzalez

    Nada como la historia para que la gente sepa lo que es un gran barrio

  3. Susana Martí­n Faúndez

    Gran relato. Efectivamente conservo de mi intrépida niñez en Gamonal una cicatriz en la mano causada por los juegos entre escombros y maquinaria de construcción. También recuerdo que las paredes hablaban mediante pintadas tan combativas como comprometidas. No he vuelto a ver nada similar fuera de mi digno barrio. Ahora cuando lo recorro veo librerí­as, centros de pedagogí­a infantil y tiendas primorosas , impensables en otros lugares que no vienen ” de tan lejos”. Gamonal es único.

  4. Laia Alonso

    Una historia de Gamonal POCO FIEL A LOS HECHOS Y ACONTECIMIENTOS. No mencionas a las asociaciones que en esos años estuvieron en las reivindicaciones (excepto una) pero manipulas, apropiándote de las fotografí­as de su historia. Te pedirí­a que no te escondas en el anonimato -un vecino de Gamonal- y firmes el articulo. Quizás así­ un dí­a tengamos la oportunidad de hablar de la Historia de Gamonal.
    Laia Alonso

  5. Quién más da

    Bueno, en el artí­culo se habla de una asociación en concreto pero se explica que hubo más, y que las AAVV del barrio fueron muy importantes en todas las luchas. Pero puedes explicar cuáles fueron las otras.

  6. íngel

    UN GRAN BARRIO. NO CAMBIEIS NUNCA.
    Hace más de 30 años bajando en el autobús a Burgos, a la altura de la telefónica, se leí­a en una pintada que quien pierde sus orí­genes pierde su identidad. Después de tantos años y bastante lejos de casa me alegra saber que la conservais integra.

  7. Carlo

    Tenéis que poner por escrito, quiero decir hacer un libro, de esa historia de GAMONAL para ejemplo y recordatorio de las nuevas juventudes, serí­a una buena guí­a de conducta y aprendizaje para todos; y algún euro se podrí­a sacar para financiar la lucha.
    Abrazos fraternales.

  8. Anónimo

    Fantástico artí­culo! Refleja con creces el espí­ritu combativo y solidario obrero de este maravilloso barrio del que tengo la suerte de haber nacido y seguir viviendo. Gracias chicos! y…viva Gamonal!!

  9. Marta rodriguez rodriguez

    He vivido hay toda mi vida tuvimos que salir corriendo en varias ocasiones con la cartilla el libro de familia y vecinos que no tenian ni coche ni donde ir por favor no tengan la cara dura de decir que indemnizaron a los vecinos quiza alguno se quedo con el dinero y dicen que se se lo dieron a los vecinos. Como suele ocurrir habitualmente y po r regla general en este pais. Atentamente una pringada de las torres de GAMONAL. ( OTRA CRUZ QUE TENEMOS QUE AGUANTAR TODA LA VIDA COMO ESTIRPE)UN ABRAZO A TODOS MIS VECINOS

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