Publicado por DV & archivado en Burgos, Humor, Textos.

El tiempo pasa, muy despacito, decí­a la reina del pop en una de sus más conocidas canciones, pero para la amalgama de personajes deshilachados que damos vida a Diario de Vurgos, parece que fue ayer cuando empezamos con esto. Nueve años juntos tratando de subvertir los engranajes de una ciudad llamada Burgos, tratando de aportar nuestro grano de arena crí­tico sobre la realidad burgalesa, y otros grandilocuentes propósitos que nos marcamos cuando decidimos emprender el camino.

Felicidades DV

Después de casi una década en esto ya peinamos canas, y no sólo en la cabeza. Nos hemos hecho más viejos, pero no se nos quitan las ganas de seguir dando vida a un proyecto con el que hemos madurado, pero con el que seguimos manteniendo la ilusión del primer dí­a. DV se ha convertido en una criatura que, como aquella del Doctor Frankestein, se resiste a desaparecer y nos quita horas de sueño. Pero sin ti, querido lector de Diario de Vurgos que quizás nos sigues desde el principio o te acabas de incorporar hace un momento, no hubiéramos sido lo que ahora somos, o al menos lo que intentamos. Después de tantos años juntos, de idas y venidas, momentos álgidos y etapas de abulia generalizada, podrí­amos renunciar a casi todo menos a seguir tocando las narices a los poderosos, o al menos a intentarlo, que no es poco.

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Durante todos estos años hemos sido capaces de lo mejor, y también, obvia decirlo, de las más monumentales cagadas. Pero ya no es tan fácil pillarnos desprevenidos, hemos aprendido a templar la mala sangre y a veces somos incluso hasta diplomáticos. Si ha habido un momento dulce a lo largo de nuestra andadura en que verdaderamente hemos disfrutado con lo que hací­amos, sin duda son aquellas maravillosas jornadas de enero, de las que se cumple su segundo aniversario, cuando los vecinos de Gamonal se atrevieron a decir NO a los poderes que controlan la ciudad, y asumieron las consecuencias de su insubordinación.

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Protestas durante el conflicto de Gamonal frente a la sede del Grupo Promecal

Aquellos dí­as, junto con otros medios, fuimos capaces de poner contra las cuerdas a todo el aparato mediático de los grandes medios corporativos. Dos años después todaví­a se están relamiendo las heridas y siempre que tienen ocasión nos lo recuerdan con patológica insistencia.

Y, aunque las relaciones de vasallaje que desde tiempos inmemoriales continúan estando presentes en nuestra ciudad, al menos fuimos capaces de airearlas a los cuatro vientos y ponerlas en evidencia…cada vez que pasamos por el edificio de Promecal vuelven a presentarse frente a nosotros los miles de personal que dí­a sí­ y dí­a también, gritaban verdades incomodas a EL Jefe, que no sólo lo es del medio corporativo por excelencia en Burgos, sino de la ciudad entera. Y no eran molinos, sino gigantes, señor Raúl Briongos.

Mendez y LacalleEn primera fila, íngel Ibañez, Javier Lacalle y César Rico, entro otros polí­ticos, junto a Antonio Mencia y Antonio Miguel Méndez Pozo en la pasada gala de La 8, televisión del Grupo Promecal

Y así­ somos nosotros, quizás nos contentamos con poco. Pero durante todos estos años no hemos dejado de auspiciar proyectos y tratar de dar voz a aquellos a los que normalmente se la suele negar. Así­ somos porque así­ nos han hecho y no lo podemos evitar.

No fuimos nosotros, ni mucho menos, quienes creamos el referente literario de Los Burgos Perdidos, pero desde que empezamos con esto no hemos cejado en poner de manifiesto la existencia de  los dos Burgos. Dos ciudades distintas que cohabitan en el mismo espacio geográfico pero que representan paradigmas opuestos. Las dos fotos que publicamos en esta breve entrada hablan por si solas. Frente al Burgos del régimen de vasallaje y polí­ticos cortesanos, preferimos aquel otro que se levanta indómito frente a las injusticias representado por los vecinos de Gamonal, y el de tantos otros que los precedieron en nuestra reciente historia. Personas que lucharon por la libertad y que, en muchos casos, fueron a dar con sus huesos a una fosa común como las del Monte de Estepar.

A los que nos seguí­s desde el principio, a los que os habéis ido y luego vuelto, a los que no se os ha vuelto a ver el pelo, o incluso a los que todaví­a no os habéis dejado caer por aquí­, os agradecemos todos estos años en los que hemos cabalgado juntos. Guardad energí­as porque todaví­a nos queda cuerda para rato.

2 Comentarios para “Envejecemos, pero no cejamos en el empeño. IX aniversario de DV”

  1. Unx

    Un abrazo, compas! A seguir adelante, desarrolláis una gran labor y muy necesaria.

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