Manuel es la última víctima de aquello contra lo que ha estado luchando la última década junto a sus vecinas, amigos y compañeras; la especulación y el acoso inmobiliario por parte de la empresa propietaria, la dejadez de la administración pública, derivada de la connivencia con el sector empresarial y los procedimientos burocratizados hasta la extenuación, que permiten que estas injusticias sociales sucedan.
Manuel llevaba viviendo en la Casa del Aire 33 años. Allí vio nacer y crecer a sus hijos, allí se caso y cuando se separó, allí se quedó. Para Manuel la Casa del Aire era su epicentro, su refugio, no sólo físico sino también emocional y vivencial. Es por ello que Manuel, junto a sus vecinos y compañeras decidió hacer todo lo posible para que siguiera viva, en pie, a pesar del empeño de la propiedad en echarles y en derribar el edificio. Y a esto se ha dedicado los últimos doce años de su existencia. Solía decir “a mí me sacarán con los pies por delante” al referirse a la Casa del Aire. Y finalmente, lo han conseguido. Fuente Solidarios con la Casa del Aire Leer más »