Mañana hace dos años que en la Calle Sauce de Gamonal(Burgos) ocurría un asesinato laboral de 11 trabajadores por parte de la empresa Arranz Acinas. Este año 2006 se ha despedido con 1352 muertos en los lugares de trabajo.
Seguramente ni el alcalde, ni el PP, ni el PSOE, ni Batasun,a ni ningún demócrata de pro se manifieste, ni hoy, ni mañana, ni nunca pidiendo el cese de la violencia empresarial, ni se obligue a la patronal ha condenar los atentados contra los trabajadores. Las 1352 personas que hoy no están son muertos silenciosos, ni CCOO ni UGT convocarán unas manifestaciones por los muertos. Las victimas de estos atentados no tendrán esas subvenciones, ni serán tan desgraciadas, el pincel colorista de los periódicos ni se fijara en ellos para conmoverte.
A los empresarios no les juzgaran por la ley antiterrorista, posiblemente ni les juzguen, peor aún, a algunos les otorgarán subvenciones para que sigan traficando con vidas, o medallas a la innovación empresarial.
No todas las victimas y los verdugos son iguales para esta democracia. Siempre hubo, clases y clases.