Plaza de Toros de Burgos: ¿caminamos hacia un nuevo Gamonal?
El Ayuntamiento de Burgos parece empeñado en recorrer la misma senda marcada que hace unos meses desembocó en uno de los conflictos sociales más intensos que ha vivido Burgos en su historia más reciente. Las protestas contra el Bulevar que hicieron que Gamonal se convirtiera en foco de atención durante aquellas jornadas de lucha del pasado mes de enero, no han sido comprendidas por el equipo de gobierno del consistorio burgalés que vuelve a embarcarse en un nuevo proceso especulativo.
El proyecto de remodelación de la Plaza de Toros ha vuelto a despertar las suspicacias de buena parte de la población burgalesa, harta ya de manejos y maniobra de políticos y empresarios del ladrillo.
Como si de un guión preestablecido se tratase, el conflicto por la remodelación de la Plaza de Toros vuelve a reunir poco tiempo después los mismos ingredientes que originaron el levantamiento popular de Gamonal, a saber, una obra multimillonaria que es percibida como innecesaria por un alto porcentaje de la población; un turbio personaje que controla los resortes políticos de la ciudad y que ha vuelto a ser agraciado con la adjudicación de la obra en un proceso más que dudoso.
A todo esto, hemos de sumar, por un lado la existencia de un ayuntamiento que demuestra estar más interesado en satisfacer la voracidad de las empresas del ladrillo que de velar por los intereses reales de la población. Por otro lado, nos encontramos con un movimiento de oposición que se ha fogueado ya en anteriores batallas y que aglutina a una masa importante de personas descontentas con la actual situación. Un conjunto de personas que ha aprendido con las experiencias pasadas que la lucha llevada hasta el final y organizada de manera asamblearia es capaz de cosechar triunfos, incuso si se tiene enfrente a los adversarios más temibles.
Esperemos que las diversas entidades políticas de carácter parlamentario que deambulan en torno al movimiento contra la especulación tengan en cuenta esta situación. Es necesario ser consciente de que el actual nivel de hartazgo de la población puede generar niveles de conflictividad impredecibles. Tratar de pescar votos en ríos revueltos a veces tiene sus riesgos, sobre todo cuando la cosa se pone complicada y toca autodisolverse, recular o/y condenar.
En menos de un año la movilización popular y el escándalo mediático han hecho que el Ayuntamiento de Burgos haya tenido que dar marcha atrás en dos importantes, aunque muy distintos proyectos.
1)Para evitar que el conflicto de Gamonal se extendiera por los más variopintos rincones de nuestra geografía, el consistorio burgalés paralizó de forma definitiva la construcción del bulevar mediante una rueda de prensa intempestiva, a pesar de que horas antes había sido ratificado por mayoría en un pleno. El teléfono rojo que conecta las dependencias burgalesas con aquellas otras de la calle Génova, actuó de manera inmediata para tratar de poner freno a lo que podría haber sido un levantamiento generalizado que superaba ya desde hacía tiempo la mera cuestión urbanística.
2)Con el fin de impedir un nuevo escándalo mediático, el consistorio burgalés tuvo que renunciar a llevar a cabo la exposición hagiográfica sobre el general Yagí¼e que pretendía realizarse en el Monasterio de San Juan. Todo ello, a pesar de la intensa insistencia de la que la hija del militar golpista vinculado con la matanza de Badajoz hizo gala. El Ayuntamiento de Burgos, a través de su Concejal de Cultura, Fernando Gómez Aguado, llegó a estar literalmente entre la espada de la hija del general, y el agujero del bulevar.
La inversión millonaria que supone la remodelación de la Plaza de Toros de Burgos, los habituales manejos de Antonio Miguel Méndez Pozo y su afán lucrativo, han vuelto a levantar recelos en buena parte de la población burgalesa, y no soló. Desde más allá de las fronteras de nuestra ciudad de Burgos, miles de ojos nos observan a la expectativa ansiosos por comprobar si los ingredientes de esta coctelera desembocan un nuevo GAMONAL.
Modesto Agustí
El Ayuntamiento de Burgos parece empeñado en recorrer la misma senda marcada que hace unos meses desembocó en uno de los conflictos sociales más intensos que ha vivido Burgos en su historia más reciente. Las protestas contra el bulevar que hicieron que Gamonal se convirtiera en foco de atención internacional durante aquellas jornadas de lucha del pasado mes de enero, no han sido comprendidas por el equipo de gobierno del consistorio burgalés que vuelve a embarcarse en un nuevo proceso especulativo.
El proyecto de
remodelación de la Plaza de Toros ha vuelto a despertar las suspicacias de buena parte de la población burgalesa, harta ya de manejos y maniobras de políticos y empresarios del ladrillo.